Forzando a Paulina
Edgar era un muchachón que recién había cumplido los 18 años, de carácter huraño e introvertido.
Su aspecto tampoco lo acompañaba mucho, era extremadamente gordo y mórbido, que lo obligaban a siempre vestir camisetas deportivas de talla extra grande, con zapatillas deportivas, y pantalones de mezclilla también grandes para su porte como todo un rapero, un poco bajo de estatura 1,55 mts., a lo más, con una cara llena de acnés de volcanes enrojecidos y amarillentos en sus cráteres dando la impresión que estos en cualquier momento erupcionaban su asquerosa materia orgánica.
En la familia y de entre todos sus primos era el menos popular, ya que a pesar de su edad este aun no terminaba sus estudios secundarios.
En clases la cosa no era muy distinta, el insociable joven era incapaz de llevar una buena y sana convivencia con sus pares, eran muchas las ocasiones en que mandaban a llamar a sus padres para notificarles su mala conducta y por andar agarrándose a trompadas con sus propios compañeros, o por intentar tomar fotografías bajo las faldas de sus compañeras de aula, y por distintos tipos de faltas de respeto hacia sus profesores, además que sus malas calificaciones ya evidenciaban que nuevamente iba a perder el año escolar, pero esta situación al joven le daba exactamente lo mismo.
Lógicamente tras esa notoria hosca personalidad y a pesar de su edad el muchacho continuaba con las hormonas más que alborotadas ya que no paraba de masturbarse impulsiva y frecuentemente.
A cualquier hora del día se encerraba en su cuarto para hacerse una o dos chaquetas consecutivas, sin mencionar que incesantemente por las noches sufría acalorados sueños húmedos, que en un principio estos tenían como protagonista principal a la única chava que había tenido por novia y que tras un traumático y fallido intento de mantener relaciones sexuales con ella y debido a la brutalidad e inexperiencia del salido muchacho la pobre chamaca  termino su noviazgo con él dejándolo con la calentura que se le salía por los ojos.
Pero estos sueños ya eran pasado, últimamente la única dueña de sus deseos y sus pajas era ni más ni menos que con una hermosa hembra hecha y derecha, desde su niñez siempre la vio como una joven muy bonita y de modales agradables, que lo regaloneaba con caramelos y con innumerables presentes ya sea para navidad o para su cumpleaños.
En el tiempo en que el gordito Edgar ya era todo un jovenzuelo e hiso la primera comunión fue esta atractiva joven de entonces 18 años quien quiso ser su madrina. El chamaco en esos tiempos no cabía de gozo al saber que la más jóvenes y atractivas de sus tías y la misma que desde siempre lo había consentido en todo ahora era su propia madrina, sentía que esta situación lo conectaban aún más a ella, incluso en forma inocente aun ya veía como si la curvilínea chica realmente le perteneciera.
Ya en esos años la joven tía, hermana de su madre, era dueña de una belleza desbordante, y el  gordo sobrino ya se daba cuenta de ello, pero la felicidad le duro poco, la hermosa y consentidora hembra al año se casó y se fue a vivir con su marido a otra ciudad.
Si efectivamente, Edgar ahora ya con 18 años era con la misma hermana de su mamá que ya estaba de regreso con quien ahora en forma desvergonzada se pajeaba la mente y la tranca.
Después de todo no era del todo raro, pues el chamaco en el momento de saludarla al momento de su primera visita desde su llegada vio que su agraciada tía Paulina volvía convertida en toda una hembra, la veía igual de hermosa que antaño, pero ahora con un cuerpo mucho más atrayente, en esa oportunidad la tía Paulina llevaba puesto un vestido blanco con tonalidades floreadas para nada provocativo y que le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas,  el caliente chamaco tras hacer sus comparaciones con el recuerdo de una hermosa joven de 18 años y con esta otra deliciosa y potente mujer de unos 27 años lo dejaron casi babeando de una extraña y prohibida calentura, dictaminando que su tía-madrina recién llegada estaba extremadamente buena.
Edgar tras el beso de saludo y el notar que su tremenda madrina no había hecho el menor gesto de asco ni nada debido a sus notorias y asquerosas espinillas se dio a estudiarla mientras ella le hacía preguntas sobre si tenía novia, y que como le iba en el colegio, que ya con 18 años era todo un hombrecito y que su conducta tenía que cambiar, y cosas por el estilo, en donde el salido chamaco solo contestaba entre balbuceos, ya que sus ojos y su mente estaban preocupados de poner atención en cada centímetro del endiablado y curvilíneo cuerpo de su atrayente familiar, notando así que era de piel canela clara, y que esta debía ser extremadamente suavecita debido a esa extraña forma de relucir, de cara bonita como lo fue siempre, con unos preciosos ojos color miel y con una naricita bien hechita perfecta para adornar su cara, de cabello castaño oscuro y lacio, y con un lujurioso físico que invitaba a cualquiera que se la comieran, fuese quien fuese, y Edgar pensaba que él no era la excepción para catar aquel cuerpo de 1.68 mts., de estatura y muy bien distribuidos, tetas bien paradas y grandes que para nada discordaban con su figura.
El obeso joven seguía mirando hechizado aquella diabólica conjunción de curvas y carne de hembra, todo ello embutido en aquel exquisito vestido blanco con flores, veía un vientre plano con una cintura pequeña y caderas pronunciadas, el vestido parecía estirarse aún más en aquella exquisita parte de su cuerpo se decía el muchacho para sus adentros, recorría  y no se cansaba de admirar esas piernas torneadas, imaginando abiertos aquellos soberbios muslos que debía tener su tía-madrina y para terminar se dio admirar un espectacular par de nalgas que se notaban duras por donde se les mirara.
Y así fue pasando el tiempo, si bien el muchacho tenía esa fantasía desde la llegada de su tía, sentía remordimientos por ello, pero ¿cómo no hacerlo?, pues ahora era asiduo a quedarse a dormir en casa de sus tíos pues ellos a su llegada habían comprado una gran casa con piscina, y era en  esas ocasiones en las que el aprovechaba para darse un “taco de ojo”, con el suculento manjar que era su tía.
Incluso en una de las tantas ocasiones en las que se quedaba a dormir en la casa de sus tíos, el muchacho se despertó a media noche con esa sed que te seca la garganta y te fuerza a ir a la cocina por un vaso con agua, pues resulta que regresando a su habitación, escucho unos ruidos extraños que venían de la habitación matrimonial, curioso, medio caliente y lleno de intriga se acercó a la puerta que estaba cerrada y se puso a escuchar lo que debía estar sucediendo al interior, los sonidos y crujidos que hacia la cama evidenciaban que sus tíos estaban en lo suyo, los sonidos de cuerpos que se sobaban y resortes que subían y bajaban continuaban en forma enloquecedora.
Edgar estuvo escuchando durante varios minutos su verga rápidamente se le había parado, escuchaba y sentía la potente cacha que se llevaba a cabo dentro de la habitación, con sus ojos cerrados y apoyado en el muro imaginaba aquel voluptuoso cuerpazo al desnudo que se gastaba su madrina, ya creía ver su bien formada figura, unas inmensas ganas de él también probarla se iban instalando en una parte de su mente, Edgar prácticamente se la estaba comiendo en su mente imaginándose que era el quien la cogía en forma desenfrenada, una de sus manos ya se refregaba la verga por sobre el pantalón del pijama.
Mientras aquel matrimonio seguía en su faena al interior de la habitación matrimonial el joven escucho la voz de su tío como empezaba a decir:
-Me corro Pauli…, me corroooo, te voy a llenar de lecheee!!!
-Avísame para salirme José… recuerda que aún no quiero quedar embarazada, le escuchaba decir entre jadeos a la excitada mujer a su esposo…
-Solo falta un poquito amor… yo te aviso para echarlo afuera…
El joven escucho como en esos momentos los movimientos debían ser más desenfrenados ya que por los sonidos que hacia la cama daba la impresión que está en cualquier momento se quebraba, pero Edgar solo seguía escuchando con los ojos bien cerrados y con un rictus en su cara como si el pobre chamaco estuviese sufriendo, de pronto escucho que su tío gruño de placer y que le decía a Paulina,
-Salte Paulina me corroooo!!!, el joven imaginaba a aquel pene dejando caer intensos chorros de esperma en el aire, a la vez que pensó que en cualquier momento la pareja se daría cuenta de su presencia al otro lado de la puerta y que podrían verlo, de inmediato se dirigió nuevamente a su habitación para encerrarse y tirarse al colchón mientras sacaba su pene erecto de entre sus pijamas y empezó a masturbarse como un desquiciado a salud de su tía.
Después de aquella gratificante experiencia, estuvo toda la noche masturbándose y divagando de lo grandioso que podría ser cogerse a su tía-madrina, mientras imaginaba que era el quien follaba a aquella suculenta hembra, el cansancio lo fue venciendo hasta que se quedó completamente dormido.
A la mañana siguiente y después de levantarse ya cerca del medio día el caliente y obeso sobrino bajo las escaleras para dirigirse a la cocina, de inmediato se percató de que su tía estaba sentada en el sofá, de espaldas a él y  viendo en su laptop, seguro que estaba trabajando desde la casa, ya que su tía era secretaria ejecutiva en una prestigiosa y renombrada corporación.
El resto del día transcurrió con normalidad como así mismo el resto de aquel prendido fin de semana, sin embargo unos días después al llegar desde la escuela a su casa se llevó la sorpresa de que cuando entro a su vivienda vio a su madre platicando con su tía Paulina, el joven nuevamente cayo en aquel erótico estado de ansiedad sexual en el cual quedaba por cada oportunidad en que estaba cerca de su deseada tía, y sobre todo en esta ocasión, ya que la hembra aquel día traía puesta un sugerente vestido amarillo de esos con tirantes al cuello, su largo pelo castaño lo traía tomado con una traba dándole un aire más fresco y jovial de lo que ya era, y para terminar este endiablado vestido era un poco más corto de los que habitualmente usaba, dejando ver a quien quisiese una buena parte de sus relucientes muslos color canela, la imagen de ver aquella monumental Diosa hecha para el pecado hicieron que su corazón y presión sanguínea del pobre chamaco se aceleraran a mil por hora.
Pues bien, resulta que ese día su tía había ido a verlo a él porque tenía fama de ser muy bueno con las computadoras y ella tenía problemas con su laptop personal, y por consiguiente quería que alguien le ayudara y quien mejor que una persona de confianza como su sobrino.
Edgar acepto ayudar a su tía gustosamente, al recibir en sus manos el notebook no pudo dejar de admirar aquellos magníficos melones que se escondían debajo de la parte superior del vestido, la imagen del nacimiento de aquellas suaves tetazas escondidas y que estaban solo a centímetros de su calentona mirada casi lo hacen soltar el ordenador y lanzarse hacia el cuerpo de aquel monumento de mujer para liberar el mismo aquellas tetotas para chuparlas y morderlas cuanto el quisiese, sin embargo el pobre chamaco tuvo que tomar aire y recomponerse, solo le dijo que tardaría algunos días en tenerla lista pues tenía que revisarla bien para evitar cualquier problema futuro, su tía sin problema alguno acepto y despidiéndose con un beso de su hermana y de su sobrino  paso a retirarse.
Después de cenar Edgar olvido por completo la computadora de su amor platónico y tras correrse una buena paja en honor a su tía y al vestido amarillo simplemente se durmió sin más.
Al día siguiente después de la escuela acompañado por su compañero de salón y compinche de andadas David, justo después estar varias horas escuchando Megadeth y fumando hierva a un lado de la ventana para no ser sorprendidos, la mama de Edgar entro a su habitación para recordarle que tenía que arreglar la laptop de su tía, sabiendo que no era nada grave, Edgar le dijo a David que encendiera otro porro mientras el arreglaba la laptop,  después de un rato y de haberla depurado, al muchacho le dieron muchas ganas de ir al baño, por lo tanto se dirigió al W.C.
Al regresar  vio como David ya estaba revisando la laptop de su tía, para Edgar no era nada malo, por lo cual no le dio importancia, sin embargo David rápidamente llamo la atención de Edgar diciéndole:
-¿Tu tía se llama Paulina?
-Sí, ¿porque?, contesto Edgar algo extrañado.
-dejo su Facebook abierto…
-Ah! déjalo así, mi tía es muy descuidada…
Sin embargo David no dejaba la laptop y permanecía en silencio, al menos hasta que nuevamente se dirigió a su amigo diciéndole:
-No mames cabrón…! tu tía ¿es estaaa?… si es así… esta buenísima…!!!
Edgar sabía que su tía era más que suculenta y muy apetecible, pero no imaginaba que por unas fotos de Facebook David se pusiera así, lentamente se fue acercando al ordenador y hacia su único amigo, y en efecto David miraba las fotos de su tía, con algunas amigas en donde efectivamente la hembra más llamativa era Paulina, o en las que aparecía en traje de baño en alguna playa con su flamante marido y en donde notoriamente ella estaba más joven, así estuvieron por espacio de unos buenos minutos admirando y comentando la buena que estaba la hembra, fue David quien nuevamente rompió el silencio que se había formado mientras ambos jóvenes calenturientos miraban las imágenes.
-Edgar tu tía esta que se cae de buena, maldito sátiro, seguro te la jalas pensando en ella…
Edgar por su parte no dejaba de mirar las imágenes, mientras su amigo continuaba el dialogo,
-Ni me haces caso viendo a tu tía pinche Edgar…
Pero David a pesar de tener la misma edad que Edgar y el ser también un joven problema en el colegio y en su hogar este era mucho más perverso y mal intencionado que su amigo, por lo que de inmediato tuvo lo que para él era una brillante idea, y de inmediato a sabiendas que necesitaría la complicidad de su amigo le dijo:
-¿Que pensarías si te digo que tenemos una oportunidad de culearnos a tu tía?
De inmediato Edgar volteo a ver a su amigo y con cara de incrédulo le contesto:
-No digas pendejadas imbécil, solo que la droguemos y nos la cojamos… y tal vez ni así.
Edgar al tener en aun en su mente el recuerdo de los exquisitos gemidos de placer de su tía favorita, como también las salidas palabrotas de su amigo, en su cabeza una lujuriosa necesidad de hacer verdad sus fantasías abrió una brecha para por lo menos intentar hacer realidad sus morbosas y desequilibradas ansiedades…,
-Y cual se supone que es tu idea…?, la morbosa idea que le había dicho su amigo a Edgar le había encantado, -No lo digo porque de verdad quiera hacerlo es solamente para saber, jejeje…
Para luego con una cara y una sonrisa triunfal David le revelo a su amigo su plan:
-No, eso de drogarla no será necesario, con lo que ya tenemos es suficiente para convencerla de que nos tiene que dejar cogérnosla… Edgar escuchaba atento los planes que tenía su amigo, David continuaba, -Mira con las mismas fotos de su face y con las otras que están en las carpetas podemos hacerle creer a tu tío, que su esposa le ha estado poniendo el cuerno…  desde tu pc harás un perfil de Facebook falso y comenzaras a mandarle mensajes a tu tía y yo desde la laptop de tu tía te contestare haciendo aparentar que tenemos algo y para que parezca real tú me pedirás fotos y yo te mandare estas en las que sale en traje de baño, tu sabes que días sale tu tío de viaje así que esos días serán los indicados para mandarle mensajes, incluso yo te mandare el primero para aparentar que tu tía quería verga, ya con eso le tomaremos capturas de pantalla a las conversaciones falsas con fotos y todo… Y con ese material chantajearemos a tu tía para poder cogérnosla un ratito, jejeje que tal te parece mi plan?
Edgar no podía creer lo que decía David, era un plan virtualmente perfecto al menos eso pensaba, pero el si es que cabía la posibilidad de chantajear y acostarse con su madrina no estaba dispuesto a compartirla, o no al menos por ahora así que de inmediato le dijo a su amigo:
-Tú si serás estúpido… estás loco de remate… mi tía está muy buena pero no por eso me la voy a violar contigo… creo que lo mejor por ahora es que te vayas… Le dijo finalmente Edgar a su amigo haciéndose el sentido,
-Pero amigo… no seas pendejooo… si tu tía está muy rebuena… yo pienso que deberíamos…
-Nadaaa!!! Fuera de mi casa hijo de putaaaa!!!…, Edgar no lo dejo terminar,
-Está bien… está bien… es que yo solo pensaba que tú también te la querías tirar…
Edgar había adoptado muy bien una actitud de hacerse el sentido con su amigo, pero la verdad era una sola, el llevaría a cabo el plan ideado por David pero lo haría solo, y si todo le resultaba como él quería y logreaba concretar la violación recién vería la posibilidad de pasarle a su tía a su amigo para que también la probara en honor a la amistad que existía entre ellos.
Una vez que David abandono la casa de Edgar el gordo muchacho se puso manos a la obra, con la insana idea en la cabeza de tener a su tía desnuda y abierta de piernas y decidido a llevarla a cabo a penas se le diera la oportunidad, el desquiciado muchacho se puso en campaña y empezó a crear aquella sórdida conversación apócrifa en la que haría aparentar que Paulina estaba deseosa de la verga de otro hombre que no fuera su esposo.
Las palabras que Edgar ocupo poco a poco se hacían más calientes, mientras las ideas fluían en su mente las  escribía, ocupaba las que le gustaría que le dijera su tía y cosas por demás sucias:
P-Ya tiene tiempo que no vienes a verme, necesito que estés aquí me siento sola,
F-¿Que tienes pedazo de zorra?, ¿quieres verga como la otra vez?,
P-Sí, quiero más, necesito que me cojas, como el otro día con esa tranca tan grande que te cargas,
F-No te creo, necesito pruebas, mándame algo para que me caliente,
P-¿Cómo qué?, dime que quieres ver,
F-Unas fotitos tuyas para que se me pare y me motives a ir a metértela.
En ese momento el salido joven puso las fotos de su tía en las cuales aparecía más ligera de ropas, escogió una que se había tomado especialmente para su marido, o sea en el caso que este ultimo las viera y que comprobara que efectivamente su mujer las había ocupado para enviárselas a otro hombre, este enloquecería de los celos, Edgar pensando en esto ya terminaba de enviar las fotos al Facebook falso que había creado haciendo aparentar que Paulina seguía las órdenes que le daban sin chistar.
La conversación falsa continuaba y el chico se explayaban poniendo cosas de cómo fue el último encuentro entre la hembra y aquel hombre que no existía, ocupando estratégicamente las fechas en que su tío no había estado en casa.
Después de eso a Edgar ya solo le hacía falta afinar detalles de cómo sería el momento en que le dieran la pesada noticia a la infortunada mujer que era el objeto de sus  insanos deseos.
El caliente muchacho estuvo durante toda la noche pensando en el asunto y decidió que ese mismo fin de semana era el idóneo, su tío no estaría pues habría salido de viaje de trabajo, y su tía Paulina  estaría sola, por eso mismo Edgar le llevaría la laptop y aprovecharía el momento para abordarla.
Tal como lo había pensado el ansioso muchacho fue a la casa de su deseada familiar, eran como las dos de la tarde y el joven sabía que su tía solo trabajaba hasta el mediodía de los días viernes.
Ya en la casa de Paulina Edgar le dio la laptop a su tía y le pidió permiso de quedarse a disfrutar la piscina, después de pensarlo durante un momento la suculenta y desprevenida  hembra no tuvo argumentos para decirle que no a su sobrino.
La idea no le parecía mucho a Paulina, se le hacía algo raro, estaría ella sola con su sobrino, de las oportunidades en que el chico se había quedado a dormir había estado su marido presente, pero sabía que era un simple adolecente que se encontraba algo desorientado, sin embargo durante toda la tarde no dejaba de sentirse incomoda pues se percataba de la forma lasciva en que este no la dejaba de mirar, lo había notado desde hace algún tiempo y ya creía sentir como su sobrino la desnudaba con la vista.
Por su parte el caliente muchacho al estar a las puertas de lo que sería un chantaje o una violación en todas sus letras, esta misma situación lo tenía en un angustiante  estado de nerviosismo, se comía el cuerpazo que se gastaba su tremenda tía quien en esos momentos estaba vestida con unos ajustados pantalones de mezclilla que daban la impresión que en cualquier momento se reventarían por lo ajustados que le quedaban, sumado a esas hermosas sandalias con taco que la hacían ver el culo más parado de lo que ya lo tenía, y que también mostraban en forma esplendorosa los hermosos deditos de sus pies.
Sin embargo el día transcurrió sin ninguna novedad, Paulina estaba convencida que debido a los ímpetus juveniles del gordo jovenzuelo este era el real motivo de su enajenante mirada hacia su cuerpo, además que el niñato ya llevaba un buen tiempo quedándose en su casa y nunca había demostrado tener alguna mala intención como se lo habían advertido algunos familiares.
Ya en el atardecer y mientras el salido mocoso se hacia el que veía películas, este vio cuando su tía estaba sentada en la mesa conectada a Facebook posteando con su marido, mientras miraba con ojos atónitos la belleza de aquella mujer que aún estaba lejos de realmente también el probarla, admiraba cada detalle de su cuerpo en tanto su excitación crecía, el deseo y la impaciencia  lo hacían de la misma forma, poco a poco aquel muchacho con características de Nerd  enojón decidió que una vez que ella saliera y se desconectara de la red seria el momento propicio para darle conocimiento de lo que él por pura casualidad se había enterado, y que mediría la reacción de la hembra para ver hasta donde él podría sacar provecho personal de aquella situación, sino se haría el loco, y le bajaría el perfil.
Paulina lo vio venir a sentarse a la mesa, le llamo la atención que este se sentó a un lado de ella, hasta que lo escucho hablarle,
-Tía… necesito que hablemos de algo…
Paulina solo lo quedo mirando extrañada, por lo general Edgar ya con 18 años de edad no era de los chamacos que hablaban, y ella muy bien lo sabía, por algo lo había hecho su sobrino favorito, su carácter tímido y retraído desde su  niñez la habían hecho sobreprotegerlo de los pergenios más brabucones, lo que no sabía la hermosa mujer de 27 años era el cambio de 180° grados que había sufrido el muchacho en estos últimos años y que ella no había visto debido a su larga ausencia, esa situación la había hecho confiarse.
-Dame unos minutos, termino de postear con tu tío y podremos hablar…
Una vez que Paulina  se despidió de su marido y se aprontaba a desconectar el face, escucho la vos de Edgar,
-No lo cierre tía… La mujer se lo quedo mirando extrañada, -Quiero mostrarle algo, continuo el muchacho. Paulina pensó que tal vez su sobrino quería mostrarle algún video cómico, o alguna publicación de importancia, pero más curiosa se puso al ver como el chamaco tomaba el mouse y se ponía a buscar en su lista de amigos, hasta que por fin lo escucho hablar nuevamente, -Explíqueme esto…
Paulina en un momento no entendía nada, solo leía con sus ojos a la vez que tomaba el mouse y hacia correr la conversación que supuestamente ella había tenido con un hombre extraño a su matrimonio, y que no sabía por qué lo tenía en su lista de amigos, la hembra no entendía nada, eran diversas conversaciones y en distintas fechas en donde ella había conversado como si fuese una puta con aquel indeseable, y para rematarla le había enviado fotografías de todo tipo a ese supuesto amante, Edgar había tomado la precaución de configurar y alterar las fechas del equipo, para que estas parecieran que esa adultera relación ya venía desde hace unos buenos meses.
Tragando saliva y tomándose la cabeza con sus dos manitas pudo decir al fin,
-Pero que significa esto Dios mío…!!
-No se pues tía… Encontré esto en su Face, y quería enseñárselo…
-Pero yo no conozco a ese hombre… no sé quién es…, la mujer no podía quitar su mirada de la pantalla y releer lo ahí escrito,
-Ya tía… no se haga la mensa conmigo está claro que desde hace un tiempo le pone los cuernos a mi tío… Tiene que ser más cuidadosa con su face para la próxima y cerrarlo… se imagina esto lo encuentra mi tío…?, el caliente chamaco estudiaba todas las reacciones de la hembra y ya la veía muy alterada,
-Gracias Edgar… gracias por avisarme… pero… pero de verdad que yo no he hecho nada malo… no sé de qué se trata todo esto…
-Jajajja como que no ha hecho nada malo, si ahí dice clarito que estaba deseosa de su verga, jajajaja…
Paulina dándose cuenta de la insolente forma en que su sobrino le estaba hablando, lo quiso frenar en el acto,
-No me hables así… recuerda que yo soy tu tía… además que la mujer que escribió eso no soy yo… es más bloqueare al instante a ese hombre…
-Bloquéelo… pero yo ya respalde todas las zorrerías en que Usted anda metida con quien sabe quién… además que yo mismo le diré a mi tío la forma en que puede desbloquear a su “amigo”, para que el mismo se dé cuenta de la puta que tiene por esposa, jejeje…
-Que no me hables así mocoso insolente!!!, Paulina no estaba dispuesta a dejar que su sobrino se sobrepasara con ella con su vocabulario, si hasta lo del Face como que pasaba a segundo plano al escuchar las groserías en que se estaba refiriendo ese mocoso, -Quien te hadado derecho para ha…
El niñato ataco al instante para no dejar pasar esa oportunidad,
-Y cómo quieres que te trate tía… si yo mismo vi y leí como le enviabas fotografías en traje de baño a tu amante, y se leía claramente que lo invitas a culear contigo cuando mi tío no está en casa… por eso hoy te la pensaste para que yo me quedara no es cierto…!? De seguro hoy tenías planeado acostarte con el…, jejejeje… pues bien me voy… pero desde casa llamare a mi tío y le contare todo, jajajaja!!!!
Paulina quien con todas las peladeces que le decía su sobrino ya estaba en estado de shock, lo vio dirigirse a la puerta de salida, automáticamente se interpuso entre él y la puerta en donde quiso explicarle que ella le decía le verdad, que lo que ahí estaba escrito no lo había hecho ella…
-Edgar!!… espera un momento… que le vas a decir a mi marido!!?
-Le diré la verdad… que cuando él se va a trabajar tú te pones a culear con el primero que va pasando, o eso fue al menos lo que entendí yo en tus conversaciones, y sé que él también lo captara al instante…
Paulina viendo las catastróficas consecuencias que todo aquel embrollo le traería a su matrimonio, dejo de lado sus primeras impresiones, además que pensaba que su sobrino con justa razón pensaba así de ella debido a lo que ya había leído también en su face, pero ella estaba dispuesta a aclarar la situación, después arreglaría cuentas con él por lo de su soez vocabulario,
-Mi niño… te lo juro… de verdad que esa no soy yo…
-Naaaaa de mi niñoooo!!! Ya no me digas así… ya no te creo nadaaa… solo eres una putaaa…! una autentica fulana sedienta de vergaaa!!! Jajajja!!!!
-Edgar no me trates así… yo no soy así como tú lo dices…, Paulina cambiaba de humor debido a la situación, ahora estaba enojada, para luego casi suplicarle al mocoso que la entendiera de una buena vez,
-Pus se nota lo contrario… pero ese no es mi problema… es problema del cornudo de mi tío… déjame pasar que ya me quiero ir…
-Edgar por favor no se lo digas…
-Ves! Ves cómo eres de puta… ahora me pides que no se lo cuente…, jajajaj…
-Te he dicho la verdad…!!!, le grito la hembra casi en su cara, -Es solo que nos ocasionarías un grave problema… como no entiendes!!??
-Pus no puedo entender lo inentendible, jejejeje…
-Dime necesitas dinero! Es eso acaso? Yo te puedo dar dinero pero no le muestres a José eso que dices tener…
-Ahhhh veo que podemos llegar a un acuerdo, le dijo el caliente muchacho quien ya estaba preso por la lujuria que se veía venir…
-Solo dime la cantidad… y este… este mismo lunes te hare un deposito…
-La verdad tía… Mmmm si quiero algo de ti… pero no es precisamente dinero, o al menos no por ahora…
-Solo dímelo Edgar… que es lo que quieres!?
El obeso y espinilludo chamaco se la quedó mirando de pies a cabeza, veía como esas tetas de concurso subían y bajaban producto del nerviosismo de su dueña, por lo que estimo que ese era el momento propicio para su desvergonzada propuesta,
-Escucha tía… de verdad que desde hace tiempo que te encuentro muy bonita…
-Ehhhh… Gracias… pero no entiendo que tiene que ver eso con lo que estamos hablando…
-De eso se trata madrinita que estas bien buena…
Edgar veía la expresión de su atractiva tía, de como ella lo miraba como no creyendo lo que el chico le estaba diciendo, así que finalmente y ya no habiendo más que hacer, se la soltó,
-Te prometo guardar el secreto… pero como ya te lo imaginaras… yo también quiero acostarme contigo… me conformo con hacértelo en las oportunidades en que mi tío debe viajar,
Paulina aun no creía estar escuchando aquellas infames palabras, y aun incrédula le pregunto,
-Que fue lo último que dijiste…!?
-Eso que escuchaste pues tía, yo también quiero cogerte… así de simple… tu culias conmigo y yo guardo en secreto todas tus puteadas, es justo no?
La hembra quien en su momento estaba muy preocupada por aquella extraña situación, en la cual su expresión de inquietud y pesadumbre se fue transformando poco a poco en la de una fiera en llamas, llena de cólera y enfurecida hasta mas no poder se paró en frente del obeso muchacho para violentamente asestarle una fuerte cachetada en el mofletudo rostro de su sobrino:
-Plaffff…!!! -Cómo te atreves a solicitarme semejante estupidez… chavo de mierdaaa!! Con quien crees que estas tratando pendejo desgraciado… si no te has dado cuenta soy tu tía, la hermana de tu madre y me debes respetooo!!!
El chamaco a quien la cachetada le daba lo  mismo ya que su agraciada tía no tenía las fuerzas necesarias como para amedrentarlo, más le causo gracia la actitud de la enajenada hembra, eran cuantiosas las ocasiones en que se había trabado a trompazos con sus enemigos del colegio, y a veces con más de uno, este sin inmutarse si quiera, le contesto,
-Entiendo… entonces me retiro… y vaya pensando en que le dirá a mi tío… llegando a casa le contare todo…
-Pues diceloooo… es más mira lo que hago, Paulina rápidamente se fue a su ordenador y cancelo su cuenta de Face, -Y ahora que le dirás chulito… no te crees tan vivo… si no hay cuenta… que le mostraras!?
-Jajajajaja!!!, A parte de puta… usted es tonta tía…, le dijo el caliente sobrino a su tía con un rictus de burla en su acnosa cara, -Le dije que yo tengo respaldos de todo lo que se decía usted con su amante… además que cree usted que pensara mi tío al saber que extrañamente y sin motivos usted cerro su cuenta después de yo darle a conocer la información que poseo?, o sea… si su situación ya era más que comprometedora ahora con lo que usted solita acaba de hacer esta peor, pero bueno Usted sabe lo que hace, me iré a casa caminando, piense en mi propuesta, o si no aténgase a las consecuencias, tengo todos los correos electrónicos de su trabajo y este mismo lunes todos sabrán lo zorra que es Usted cuando su marido no está en casa… Adiós…
Paulina viéndose ya sola en casa, solo se dejó caer en el sofá en donde había estado ubicado su sobrino regalón, sentada con las piernas juntas, con su espalda inclinada hacia adelante, y con una de sus manitas en la barbilla meditaba con todos sus sentidos alterados en lo extraño de toda esa situación, fugazmente pensó que tal vez había sido el mismo chamaco quien había intervenido su ordenador con semejantes atrocidades, pero no estaba segura que Edgar tuviera los conocimientos necesarios para armarle toda esas patrañas, y mientras seguía analizando su situación estimo que el chamaco tenía razón ahora que explicación le daría a su marido del motivo real de haber cerrado su cuenta de face en forma tan abrupta, se decía que inconscientemente ella misma se estaba incriminando y ahora sería más difícil dar las explicaciones si es que al endemoniado muchacho se le ocurría irle con chismes a su esposo.
Estando en eso la asustada hembra escucho claramente el sonido de su celular, como pudo se puso de pie y fue a contestar la llamada, con sumo nerviosismo entre las burbujas azules de su Galaxy comprobó que se trataba de su marido, intentando dejar de lado su preocupación se dio a contestarle a su esposo poniendo todo de su parte para que el no notara algo raro en su voz…
-Hola?, contesto Paulina de una buena vez,
-Hola cariño… que tal has estado?
-Ehhh… estoy bien… pero porque me llamas…? si acabamos de postear por el face?
-Y que tiene de raro que te llame… o acaso esperabas la llamada de otro hombre?
Un silencio sepulcral quedo en la línea telefónica, solo la pesada respiración de la hembra se escuchaba al otro lado de la línea…
-Jajaja… te la creíste… tu sabes que yo no soy celoso…jajaja… Mira me acaba de llamar Edgar dice que necesita hablar urgentemente conmigo, y cuando ya iba a seguir con su conversación se le corto la llamada… podrías llamarlo tú y ver qué es lo que necesita?, seguro que quiere algo de dinero para salir con alguna chava, así que si puedes ayudarlo en lo que necesite por favor apóyalo, me da pena ese chamaco…
Paulina pensaba en la situación, estaba claro que Edgar estaba dispuesto a cumplir con sus amenazas, en un momento pensó en contarle toda la situación a su marido, pero temió que este no le creyera ya que las pruebas que la condenaban aunque injustamente eran contundentes, en esas nebulosas, solo se dio a contestarle,
-Está bien José, le llamare para ver qué es lo que necesita…, pero ella ya creía saber que era lo que necesitaba ese condenado chamaco, si el mismo se lo había dicho sin asco, -Así que tú no te preocupes yo me encargo de la situación…
-Está bien cariño, ese chamaco está necesitado de afecto, y como tú eres su madrina eres la más indicada para sacarlo adelante…, Paulina pensaba con rabia como su marido hablaba como si aquel pendejo de mierda fuese una víctima, a la misma vez que se decía que ella también hasta hace poco rato pensaba lo mismo, pero fue su marido quien nuevamente la sacaba de estas extrañas cavilaciones, -Por cierto amor… después de colgarle a Edgar intente ubicarte por face, pero al hacerlo no me apareces en mi lista de agregados…
-Ehhh que extraño… no sé a qué te refieres (primera mentira), me conectare y veré cual pudo ser el problema…
-Ok mi vida… ve una buena película… recuerda que yo llego el lunes en la tarde…
-José…, Paulina a pesar de ella no haber hecho nada ya se sentía culpable con toda aquella situación…
-Qué pasa?, le contesto el marido a su mujer,
-Te amo cariño…
-Lo se… yo también te amo… Bueno estoy cansadísimo, así que te dejo… mañana a la noche te hablo por celu, o nos conectamos… revisa tu face…
-Así será amor… adiós…
Paulina una vez que toco el botón del celular para cerrar la llamada, su primera medida para normalizar su situación fue ir a intentar restablecer su cuenta de face, pero fue inútil, le aparecía un mensaje que le indicaba que no había posibilidad de restablecer la cuenta pasado 24 horas, así que ya no le quedó más remedio que aceptar la situación y ponerse a pensar como lo haría para hacer entender al muchacho que ella no se podía acostar con el bajo ninguna circunstancia.
(En una plaza algo retirada)
Mientras el nervioso muchacho cortaba maliciosamente la comunicación para ver cuál sería la reacción de su tía al momento en que su tío José la llamara para decirle que él le había llamado, solo se dio a sentarse a esperar en un banco de la plaza y a fumar, tenía unas leves esperanzas de que la buenota de su tía se desesperara y accediera a lo que él le había solicitado, ya estaba seguro que la hembra no sería capaz de abrir la boca diciendo que todo era una farsa, ya que aun así la más perjudicada seria ella misma.
Ya había pasado más de media hora desde que Edgar le había colgado la comunicación a su tío, las amarillentas luces de los focos de la plaza en la cual se encontraba ya lo iluminaban todo, y cuando el chamaco ya empezaba a pensar que quizás el plan de su amigo no había funcionado el zumbido de su móvil en el bolsillo de sus pantalones le avisaba lo contrario, al sacarlo y ver de quien se trataba, nuevamente su corazón empezó a latir a mil por hora, era su tía Paulina.
-Hola…? Veo que mi tío ya te hiso la llamada que yo pensé que te iba a realizar…
-Así es Edgar… y dime de una buena vez por todas… que es lo que pretendes con todo esto?
-Pus ya te lo dije tiita… tú estás muy rebuenota y quiero hacértelo, el muchacho ni él se la creía de la vulgar forma en que gradualmente ya se comenzaba a dirigir a aquella hembra de sus sueños, pero ya no había vuelta atrás…
-Edgar intenta moderar tu vocabulario por Dios!… además que eso que tú quieres hacerme es imposible… como no lo entiendes…, el muchachón recordando los consejos que le daban los unos viejos calientes con los que el conversaba los días domingos cuando iba a la cancha, determino que esta era unas de esas yeguas orgullosas y altaneras que necesitaban doma, según recordaba cómo le habían dicho, y siguiendo sus consejos se dio a contestarle,
-Escúchame zorra… tu sabes muy bien el tipo de material que poseo, y ya te habrás dado cuenta que soy capaz de hacérselo saber a toda la familia y en tu trabajo, con una simple llamadita a tu esposo y te cago la vida… así que si me estas llamando para continuar con tus zorrerías de poca monta no te hare caso, lo más bien que te acuestas y te refriegas la concha con otros tipos y no veo la razón por que no puedes hacerlo conmigo, así que decide… o me dices ahorita mismo que vaya para tu casa para que lo hagamos o simplemente cuelga y yo sabré cual habrá sido tu decisión…
Paulina quien no se atrevía a cortar la llamada sentía como las piernas le temblaban al imaginarse a ella en las catastróficas situaciones que le anticipaba su sobrino, pero aún no estaba dispuesta a darle en el gusto al muchacho,
-Edgar… debe haber otro tipo de solución… pídeme lo que quieras pero no me pidas que nos acostemos, es imposible soy tu tía por Dios!!!
-Eres mi tía, jajajja pero no estas muerta y con ese físico que te cargas es normal que un chico como yo quiera probar tus agujeros, jajajjaj…
-No me hagas esto Edgar… yo siempre te he querido mucho… Sniffsss!!!, La hembra viendo que su sobrino no cejaba en sus acaloradas y desquiciantes demandas sexuales simplemente se largó a llorar por el teléfono…
-Bien… me doy cuenta con tus lloriqueos que estas empeñada en salirte con la tuya… así que ya no hay nada más que hablar… adiós tía…
-Edgar!!! Esperaaa… no cuelgues… te lo repito… si de verdad alguna vez me quisiste algo piensa bien en lo que harás… te ofrezco lo que quieras… pero menos eso…
El muchacho por alguna razón sentía lastima de su tía, pero también sabía que ya casi la tenía lista, así que pensando a mil por hora en todas sus posibilidades le dio su dictamen,
-Me dices que harás lo que yo quiera?
-Siii… pero menos eso de acostarnos…
-Bien te daré una oportunidad…, el muchacho tomo aire y se dio a exponerle a su tía su extravagante solicitud, -Pues quiero que apenas me cuelgues el teléfono te vayas a tu dormitorio y escojas el mejor vestido que tengas en tu armario, te ducharas y te arreglaras como si fueras a ir a una cita con algún hombre que te caliente, como si tu misión fuese seducirlo a bajo cualquier costo, luego de eso saldrás a una dirección que yo te voy a dar,
Paulina quien no entendía nada, limpiándose las lágrimas de los ojos se dio a anotar las indicaciones que le daba su sobrino, aun así quiso preguntar,
-Pero para que quieres que yo haga eso y que vaya a esta dirección…
-Simplemente saldremos de juerga los dos solos, y tú actuaras como si fueses mi novia de toda la vida… si no me convences al final de la noche te arruino la existencia, si me dejas conforme me olvido del asunto y tu vida continuara normal como hasta ahora,
-Pero… pero… como voy a hacer cuenta que soy tu novia… si te conozco desde chamaco… no podre lograrlo…
-Tienes una hora para arreglártelas y superar tus traumas, jajajaja… si no llegas tú ya sabes. Con eso ultimo el desequilibrado muchacho simplemente corto la llamada y se fue a esperar sentado en la misma plaza en donde se realizaría el encuentro.
Paulina en total estado de conmoción una vez más pensó en el costo injusto que tendría que pagar por el silencio del muchacho, pero se conformaba el saber que si hacia bien las cosas al menos no se vería en la necesidad de tener que acostarse con él, solucionaría el rollo con el muchacho y después investigaría de como llego a su ordenador esa conversación que supuestamente ella tuvo con otro hombre.
Una vez que se bañó, se puso un hermoso vestido negro también con tirantes, medias color carne haciéndole ver sus torneadas piernotas aún más apetecibles de lo que ya eran, el vestido no era tan corto este le llegaba justo hasta la mitad de sus lustrosos muslos, pero si era lo suficientemente ajustado para hacer de su figura una femenina y despampanante imagen de hembra en todas sus letras.
Después de haber cepillado su cabello y estando al frente del espejo maquillando su cara se sintió como una verdadera idiota al estar tan esmerada en verse apetecible para la caliente mirada de un degenerado jovenzuelo de 18 años que aún estaba lleno de espinillas, y que para rematarla era su propio sobrino y ahijado.
El chamaco ya no daba más de la ansiedad, se paseaba de un lado a otro, ya eran cerca de las 10 de la noche, los minutos pasaban lentos y eternos en su angustiante espera, pero cuando se percataba que ya habían pasado 45 minutos y en el momento que levanto su mirada vio claramente que en la misma esquina de la plaza se acercaba una tremenda mujer con vestido negro a medio muslo, no lo podía creer, esa imponente hembra que irradiaba femineidad por todos sus poros que se acercaba a paso lento pero decidido y que llamaba la atención de casi todos los machos que a esas horas deambulaban por la plaza, era su misma tía Paulina… su Paulina!!!, se gritó para sus adentros.
Edgar viendo que la mujer de sus fantasías ya estaba solo a unos metros de él, tomo aire para no demostrarle nerviosismo ni pendejadas parecidas, le demostraría que él era todo un macho, tal como le enseñaban sus cincuentones amigotes futboleros, y que el también se la podía perfectamente con una hembra de su calibre y categoría.
Una vez que Paulina estuvo frente a frente con el obeso jovenzuelo, enojada con ella misma y mirando hacia cualquier parte, le dijo cruzada de brazos y con voz irónica,
-Bien aquí estoy… y ahora que desea el señor…
Edgar quien estaba apoyado en el respaldo de uno de los bancos que adornaban la plazoleta, y ya no aguantando más la necesidad de tocar con sus propias manos aquellas duras carnes que enfundaban aquella mística tela negra las poso tomando firmemente a su tía y atracarla contra su cuerpo…
-Esto es lo que he deseado desde hace mucho tiempo zorrita… jajaja… le dijo mientras con sus ojos cerrados tocaba y palpaba esas suaves y duras carnes por vez primera…
-Suéltame imbécil… acaso no te das cuenta que alguien nos puede ver!?, Paulina en forma desesperada miraba en todas direcciones intentando separarse del muchacho, y roja como un tomate, nunca espero que su caliente sobrino la tomara de aquella forma…
-No te preocupes tía… esta plaza está lejos de donde vivimos ambos, nadie nos conoce por aquí… así que tranquila… y recuerda que por esta noche somos novios… o en otras palabras eres mi zorra, jejeje… que hay con mi beso de bienvenida, jejejej…
-Edgar…por favor entiende… eso que tú quieres ahora tampoco puedo cumplírtelo… la hembra sentía como su sobrino la tenía agarrada firmemente desde su cintura, a la vez que lo miraba fijamente a sus ojos, ambos estaban muy juntos, para los ojos de cualquiera que los viera pensarían que ellos eran una pareja de novios disfrutando del frescor de la noche en aquella plaza…
-Paulina ya déjate de pendejadas… tu sabias muy bien a lo que venias, así que ahora me darás un apasionado beso en la boca o simplemente te subiré el vestido y te agarrare el culo delante de todos estos viejos que nos están mirando, jajaja!!!
-No… no lo hare!, además que no creo que seas capaz de…
La hembra sintió como en forma automática las regordetas manos de su sobrino bajaron para tomar su vestido y comenzar a subirlo, lo que la llevo muy en contra de su voluntad a cerrar sus ojos y estamparle un tímido beso en los labios, claro que sin abrirle su boquita, el beso duro solo unos 5 segundos, lo que para el feliz chamaco fue suficiente como para soltar el vestido y afianzarla contra su pecho en forma apasionada.
Una vez que Paulina se separó de la boca de su sobrino solo se dio a decirle,
-Ya está… ya te di lo que me pedias… ahora me podrías dejar tomar un poco de aire… la mujer sentía como el chamaco recorría con desesperación sus espaldas, sus manos regordetas parecían los tentáculos de un pulpo, para luego volvérselas a sentir que estas bajaban peligrosamente hacia sus caderas, pero cuando ya temía lo peor notaba como el muchacho volvía a subir por su espina dorsal recorriéndola toda.
Edgar por su parte sentía como el fresco aliento de su tía-madrina le impregnaba sus fosas nasales, no quería separarse ni un centímetro de ella, sus tetas se aplastaban contra su pecho, el chamaco estaba en la gloria, pero sabía que las cosas pintaban para bien así que después de agasajarla entre sus brazos todo lo que quiso por fin aflojo y se separó de ella,
-Uffff ese besito estuvo algo flojito, pero me gusto, le decía Edgar a Paulina pasándose su resbalosa lengua por los labios intentando retirar de ellos restos del brillo labial que había dejado su tía en estos.
-Qué bueno que te gusto… y espero que lo hayas disfrutado porque ese beso será el primero y el ultimo, me oyes!?, le dijo con semblante serio a la vez que de su bolso de mano sacaba un cigarrillo y lo encendía, la hembra intentaba parecer seria y que era ella quien dominaba la situación, pero en el fondo estaba muy nerviosa por todo lo que le estaba sucediendo en aquel extraño día.
-Te equivocas zorrita… esto es solo el comienzo, ya verás que dentro de un rato si nos estaremos besuqueando como Dios manda, este primer beso fue solo un preámbulo a lo que será esta noche, jejejjeje…
-Edgar…!, Paulina nuevamente se estaba comenzando a exasperar con las insolencias de su aprovechado sobrino, -Esto que estamos haciendo está mal… muy mal…, y yo ya no te daré pie para que tú te salgas con la tuya…
-Escúchame tía Paulina…, le corto el chamaco no dándole opción para que ella se empoderara de la situación, -Tú tienes un trato conmigo… debes olvidarte que yo soy tu sobrino y actuar como si fueras mi puta… ahora si no quieres que nos besemos en público perfectamente nos podemos ir a tu casa y acostarnos, jejejeje allí nadie nos vera y tu estarás más tranquila y así tu reputación estará a salvo,
La tía Paulina engalanada como estaba solo se dio a fumar su cigarrillo en silencio, pensaba que el chamaco se estaba poniendo de lo más odioso, ya no encontraba las palabras necesarias para hablarle, ya que por cada intento que hacía este le salía con una salida blasfemia aun peor,
-Está bien!, le dijo finalmente, -Hare todas las pendejadas que se te ocurran, pero solo será por esta noche, pero ni se te ocurra llegar más lejos de los besos y corridas de mano… si yo cumplo con mi parte de aquí a lo que termine la noche… me dejaras en paz?
-Por supuesto que sí “Paulina”…, el chamaco recargo su voz al pronunciar el nombre de su tía para luego continuar, -Escúchame bien… te lo repetiré nuevamente, desde este minuto te comportaras conmigo como toda una zorra, te olvidaras que soy tu sobrino consentido y me harás todas las puteadas que a mí se me ocurran, si lo haces bien… te doy mi palabra que toda esta pesadilla para mañana ya será pasado, jejejej tenemos acuerdo?
La hembra aun desconfiando lo quedo mirando de pies a cabeza, ahí estaba su sobrino regalón, con la misma polera que lo había visto desde su llegada ya casi hace 6 meses atrás, con los mismos desgastados pantalones y con unas viejas zapatillas.
-Me das tu palabra?, le dijo la joven familiar al caliente sobrino a la vez que le daba una última aspirada al cigarrillo que se estaba fumando…
-Ya la tienes, le contesto Edgar quien ya a esas alturas su mirada era de calentura absoluta…
-Y bien que se supone que haremos ahora?, le consulto Paulina a Edgar mirándolo a la cara, ella estaba puesta aun lado del chamaco también apoyada en el respaldo del banco, esta era la primera vez que se fijaba en las repulsivas y amarillentas espinillas que el muchacho tenía en su cara por doquier.
-Iremos a un pub… nos tomaremos unos buenos tragos y bailaremos, recuerda actuar en todo momento como si fueses mi mujer, y para estar seguro de ello quiero que ahorita mismo y aprovechando que ya tienes muchos admiradores nos besemos en forma apasionada por algunos minutos, cuando me sienta satisfecho nos largaremos, jejeje…
El muchacho se había percatado que ya eran varios los señores que merodeaban alrededor de ellos ya sean de la mano de sus esposas o haciéndose los que iban pasando por ahí, la verdad era que aquel monumento de mujer que estaba acompañada de un muchacho gordo los tenían en el verdadero limbo de una exquisita calentura, aquella atractiva mujer que vestía un ajustado vestido negro y de zapatillas con taco tenía un cuerpazo inigualable que rayaba en la perfección según estimaban con sus calientes miradas cuando pasaban cerca de ellos.
Paulina quien ya vislumbraba que no tenía otra alternativa, en forma muy desganada se puso al frente del chamaco posando sus dos manitas en los hombros del que sería su seudo macho por esa noche, para luego de cerrar sus ojos e imaginando cualquier cosa reclino su cabeza uniendo al fin sus sensuales labios con los gruesos labios de su mórbido sobrino.
El beso entre tía y sobrino en un principio fue desganado, Edgar quien se sentía en el séptimo cielo al estar en aquella plaza y en tales condiciones con la hermana menor de su madre y que estaba para comérsela, a los pocos segundos empezó a abrir su boca intentando meter su lengua en la fresca boca de ella, por su parte Paulina sentía como su sobrino en forma desesperada intentaba invadir su cavidad oral con aquella caliente lengua que ya se paseaba por sus labios, ella se negaba a abrirle su boca, pero cuando sintió como el atrevido jovenzuelo posaba sus dos manazas una en cada nalga, intento ponerse a reclamar ocasión que el intrépido chamaco aprovecho para inundarle la boca con sus propias salivas y pasear su lengua desde el paladar hasta las mismas amígdalas de la chica.
Paulina viendo que esa batalla ya la había perdido y que el joven al tomar por asalto su boca este subió sus manos hacia sus caderas, la pobre simplemente dio un suspiro de angustiante aceptación y dejo que aquel caliente y degenerado mocoso se saliera con las suya.
Estuvieron besándose deliciosamente (al menos para Edgar) por espacio de unos 10 minutos, en los cuales el chico de vez en cuando dejaba la boca de Paulina para dedicarse en forma apasionada a recorrer con sus labios el perfumado y desprotegido cuello de quien era su mujer en aquellos momentos.
La aun asqueada hembra solo se dejaba hacer, y cuando notaba que el entusiasmado muchacho peligrosamente se acercaba con su bocota hacia sus tetas era ella misma quien en protección de estas buscaba con sus complacientes labios la boca del chamaco en donde nuevamente se fundían en otro apasionado besuqueo en el cual la mujer notaba claramente el intercambio de salivas que su sobrino le imponía con sus frenéticos y ardientes besos.
A Edgar le costó trabajo separarse de la boca de su tía, pero sabía que aún quedaba mucha noche por delante así que una vez ya separado de ella pero siempre teniéndola bien agarrada de su esbelta cintura, le dio conocimiento de lo que se venía a continuación,
-Bien… antes que nada besas exquisito Paulina, jejeje… ahora nos largaremos a un local que queda por aquí cerquita, allí seguiremos con nuestra fiesta… vamos?
La tía quien aún sentía el repugnante sabor de la boca de su sobrino no lo quedo más remedio que acompañarlo adonde él quisiese llevársela, abrazados tal cual como si de una pareja de enamorados se tratara juntos caminaron hacia el local en donde seguiría la juerga.
Paulina solo caminaba dejándose llevar, su mente lidiaba con un sinfín de emociones encontradas, se preguntaba adónde iba a parar todo aquello, de lo que si estaba muy clara era que una vez que pasara la noche por fin se libraría de las idioteces que la estaban obligando a realizar, como también había sentido las tremendas ganas de agarrarlo de las mechas y darle una buena zurra por mal enseñado, pero ya a estas alturas que iba a hacer si ya hasta se habían besado en la boca y con harta lengua.
Luego de caminar unas cuantas cuadras la suculenta hembra comenzó a notar el notorio cambio de ambiente, los locales que estaban abiertos y que habían en aquellas sórdidas calles por donde la llevaba su sobrino solo eran ordinarios antros de mala muerte, en donde la música imperante solo era de cumbias y pachanga, como así mismo Paulina también se daba cuenta que los locales que a esas horas ya estaba cerrados solo eran de repuestos automotrices, de bicicletas y diversos talleres ya sean mecánicos y de toda índole.
-Edgar… tú conoces este sector…!? Yo nunca había andado por estos lugares, le decía con sus ojos bien abiertos y mirando la gran cantidad de puestos de fritanga que habían en las veredas, como a si mismo veía que en cada esquina por la que pasaban en estas habían numerosos grupos de jóvenes con aspecto de ser maleantes y que más encima se drogaban a diestra y siniestra, como si por aquellos lugares no existiera la policía, por cada paso que daba la asustada mujer se afianzaba más al grueso cuerpo de su sobrino, como si realmente necesitara de su protección,
-Cállate zorra tu solo camina yo sé lo que hago, Edgar aprovechaba de dirigirse de la forma más ordinaria y vulgar posible a la persona de su tía, ya que la veía asustada y sabía que esta era una oportunidad única, y si todo no le salía como él lo estaba planeando quizás nunca más se le iba a dar una oportunidad más o menos parecida.
Hasta que por fin llegaron al local escogido por Edgar, este era tan ordinario como los otros que habían visto en su recorrido según lo que los ojos de Paulina corroboraban, y muy popular por cierto, el ambiente era festivo y en aquellos momentos tocaban una tanda de música reggetonera, el piso era de baldosas antiguas y la gran mayoría estaban quebradas, las mesas eran cuadradas y con las típicas silla plásticas de color rojo que tenía el logo de Coca-Cola en sus respaldos, una vez que llegaron a una mesa desocupada y cuando por fin ya estuvieron sentados el salido chamaco se ubicó a un lado de ella poniendo una de sus grasientas manos en uno de los relucientes muslos de quien era su mujer por aquella noche, su tía quien se quedó mirando la mano de su sobrino puesta en una de sus piernas y entendiendo de que aquello era parte de la tarifa, simplemente y con un rictus de molestia en su cara poso una de sus manitas sobre la de él.
Estuvieron sentados por algunos minutos mirando el ambiente, la ensimismada hembra veía que la pista de baile estaba repleta de parejas que se meneaban al ritmo de Américo, y que tras la barra del antro un negrito con cara de simpático preparaba tragos moviendo la coctelera como si también estuviera bailando, mientras sentía como el chamaco con uno de sus brazos la mantenía bien abrazada y con su otra mano no se cansaba de masajearle las suavidades de sus piernas enfundadas en medias,  a la espera de ser atendidos por uno de los mozos.
Ya varios hombres que andaban solos en aquel tugurio en busca de acción con alguna chiquilla suelta de cascos, estos ya habían puesto atención en la atrayente y llamativa mujer que había entrado al lugar acompañada de un gordito.
Hasta que por fin un mozo se acercó a atenderlos, el desprevenido hombre quien llego algo molesto por la gran cantidad de pedidos que tenía, ya que el local estaba abarrotado de clientes, este se quedó boquiabierto viendo a aquel ángel que tenía ante sus ojos, el hombre que era flaco y de pómulos salientes con una camisa blanca y corbatín negro cambio su semblante de enojo y molestia en el acto y los atendió como si fuese el mismo rey de la simpatía, pero por dentro dictaminaba que esa tremenda hembra que estaba ante sus ojos era mucha mujer para el pendejo barrigón que la acompañaba.
-Que vas a tomar Paulina, le consulto Edgar a su tía en su perfumada oreja…
La pareja debía hablarse y casi gritarse en el oído uno del otro, la música ya era muy fuerte,
-Solo tomare un agua mineral… yo bebo solo para divertirme y te digo que en estos momentos no lo estoy haciendo, si he venido a este antro es solo por seguirte el juego en tus estupideces,
-Jejejej no te preocupes tiita yo hare que te diviertas…, le volvió a decir el muchacho junto al oído,
-Lo dudo!!!, le volvió a contestar Paulina de la misma forma al muchacho.
El mozo quien ahora esperaba pacientemente juraba de guata que aquella extraña pareja se estaban poniendo de acuerdo en que tragos pedirían para beber, sin disimulo alguno miraba aquellas fabulosas piernotas de ensueño que se cargaba la fantástica mujer
-Tráigase un Chivas Regal de 12 años y una hielera…, le soltó el muchacho que acompañaba a semejante beldad…
Mientras la tía y el sobrino esperaban que le trajeran el pedido, el caliente muchachote a sabiendas que eran varias las miradas masculinas que le estaban tasando el curvilíneo pedazo de carne que él tenía por compañera, se daba a besuquearla en el cuello y en la boca para que todos lo vieran, y los que efectivamente estaban al pendiente de ellos se extrañaban de ver como la mujer se dejaba hacer todo lo que quisiese aquel regordete muchacho.
Una vez que el mozo trajo la botella solicitada por Edgar este puso la cuenta en la mesa en el lado de Edgar, el chamaco separándose de su “novia” tomo la boleta y viendo el total a pagar, simplemente le dijo a su mujer…
-Acá está la cuenta hay que pagarla…
Paulina lo quedo mirando extrañada cayendo en cuenta que más encima seria ella quien tendría que pagar las locuras de su descocado sobrino…
-O sea… me traes a este tipo de lugares y más encima andas sin dinero…
-Pues si no lo recuerdas puta… yo no trabajo… y aun voy a la escuela… además que tú tienes dinero de sobra… y por ultimo pagaras esta botella porque yo te lo estoy ordenando!! Te queda claro zorra!!??
Paulina quien ya no daba más de cólera, de malas ganas tomo su bolso y saco dinero para cancelar el consumo, el joven casi se lo arrebato de sus manitas para luego dárselo al mesero y con aires señoriales le dijo,
-Quédese con el cambio…
La primera media hora de la pareja en aquel vicioso y vulgar antro, se la paso sentados en su mesa, Edgar casi forzó a su tía a que bebiera wiski junto con él, Paulina sentía bajar por su garganta el ardiente brebaje, además de sentir los continuos manoseos del caliente muchacho en cualquier parte de su cuerpo…
-Esta cosa es asquerosa Edgar… por lo menos me hubieses pedido un trago más suave, decía Paulina pasando una de sus manitas por su garganta,
-Ya te acostumbraras zorrita, jajaja… que tal si vamos a bailar!?
La notable tía del muchacho a sabiendas que estando en aquel lugar por lo menos sus partes íntimas no correrían peligro alguno acepto a regañadientes la invitación de su sobrino, se pusieron de pie y juntos se encaminaron a la pista de baile que en esos momentos la alegre música le daba con todo a una tanda de merengues de Juan L. Guerra.
En un principio la hermosa y curvilínea Paulina bailaba como una autómata, pero poco a poco se dio cuenta que el muchacho a pesar de su aspecto sebosamente sedentario era muy ágil para llevar ese tipo de baile, la daba vuelta como él quería y cuando ella creía que en cualquier momento salía volando para ir a azotarse a cualquier lado ahí estaba el brazo de su sobrino para recibirla y devolverla a la pista de baile, recordó del largo tiempo que no bailaba este tipo de música, ya que su marido si bien le hacía empeño no era un gran bailarín y se aburría rápidamente.
Una vez que la tanda termino tía y sobrino quedaron frente a frente, ella con sus brazos entrelazados en el cuello del gordo Edgar, y el con sus grasientas manos en la cintura de ella, ambos agitados por los frenéticos zangoloteos que se habían mandado en los casi 30 minutos de bailoteo, muertos de la risa y descubriendo que ambos si tenían algo en común se encaminaron hacia la mesa, el muchacho se sorprendió al ver que era su misma tía quien llenaba ambos vasos con hielo para luego hacer lo mismo pero ahora con wiski, y cuando ya comenzaba ahora otra nueva tanda de salsa, fue Paulina quien de un puro trago vació su vaso y agarro de la mano al chamaco para llevárselo a la pista de baile, Edgar noto al instante que por ahí tal vez estaba la clave para poder encamarse esa misma noche con su tía.
Comenzaron a bailar aquella sensual danza, Edgar ya se había percatado de la excelente bailarina que era su tía, pero aparte de estar pasándosela muy bien bailando salsa con Paulina, lo que él quería verdaderamente era llevársela a bailar otro tipo de danza, pero esta debía ser encuerados y acostados en una cama.
Mientras se sucedía la tanda de salsas, Paulina quien se lo estaba pasando realmente bien con su sobrino noto como de vez en cuando su esbelto cuerpo se rozaba involuntariamente con la mórbida figura de Edgar y cada vez que eso sucedía un extraño escalofrío recorría su espalda. No sabía si era por lo bien que bailaba el muchacho o porque el alcohol le estaba causando estragos en su mente, pero en aquellos momentos le apetecía muchísimo arrimarse y bailar más apretada junto al grotesco cuerpo de Edgar.
Después de estar bailando un poco más acaramelados durante unos diez o quince minutos decidieron regresar a la mesa, ya que estaban algo cansados, la hora avanzaba y las luces dentro del local las habían bajado, situación que el acalorado chamaco aprovecho para nuevamente darse a probar aquellos sabrosos labios que tenía su tía.
Paulina no entendía el porqué, pero mientras sentía como su sobrino la besaba y manoseaba como un desesperado y por donde él quería, la situación era que ya no le molestaba tanto, además que sabía que en un par de horas ya todo habría terminado y estaría en su casa ya sana y salva, por lo que simplemente debido a esta sensación de seguridad, dejo que Edgar tocara todo lo que quisiese.
Entre besuqueos, fumadas de cigarrillos y manoseadas por doquier la pareja le había ido dando el bajo a la botella, o al menos eso era lo que creía Paulina, ya que el astuto chamaco cada vez que su tía miraba para algún lado este mequetrefe botaba el contenido de su vaso a un lado de la mesa, para hacer creer a la mujer que él estaba bebiendo a la par con ella.
Estando Paulina algo estimulada por la bebida y por un extraño acaloramiento en su cuerpo, nuevamente tomo al muchacho y le dijo que quería bailar con él, esta vez bailaron algo más arrimados uno al otro, los roces eran muy frecuentes y Edgar pensaba que estos roces ya no eran por pura casualidad, pero Paulina a sabiendas que si ella como la mujer adulta que era no ponía atajo a las ricas sensaciones que ya creía sentir en los brazos del aprovechador de su sobrino quizás qué tipo de barbaridad podría resultar de todo eso, se acercó a la oreja del muchacho para decirle,
-Edgar aunque no me lo creas lo pase muy bien contigo… te deje tocarme y nos besamos tal como tú lo querías… ya he cumplido con mi parte… y creo que ya es hora que volvamos a nuestras realidades, diciéndole esto último se separó del muchacho y regreso a donde estaban ubicados.
El chamaco quedo estupefacto mirando como ese perfecto cuerpo de mujer lo dejaba plantado en la pista y volvía a la mesa, el creía que ya casi la tenía lista, con una angustiante pesadumbre volvió a la mesa en donde la encontró sonriente y esperándolo…
-Qué te pasa campeón… porque esa cara?, acaso creíste que la noche no iba a tener un final?, -Jijiji… como te dije en la pista, yo ya cumplí con mi parte y espero que tu hagas lo propio. Paulina se lo decía mirándolo a los ojos y bebiéndose otro vaso de wiski que ella misma se había preparado mientras esperaba a su sobrino para medir la reacción de este, Edgar se daba cuenta de la seguridad en que le hablaba su tía Paulina, pero también sabía que esta misma ya estaba algo alcoholizada, y justo en el momento en que el chamaco le iba a contestar cualquier cosa para dilatar la estadía de su tan deseada familiar, una ronca voz interrumpió a la pareja,
-Discúlpeme señorita… Usted sería tan amable de querer bailar conmigo!?, aunque se lo estaban pidiendo por favor, la voz se notaba entre chulesca y autoritaria.
Edgar y Paulina quedaron mirando al extraño que se les había acercado a la mesa, era un negro con pinta de chulo y que a lo lejos se notaba que estaba drogado, el mal viviente había estado oteando a la pareja desde su mesa, y el cuerpazo que se gastaba aquella tremenda hembra lo tenían más que caliente,
-No gracias estoy muy cansada y con mi novio ya nos retirábamos, contesto Paulina en forma de recompensar al muchacho por lo bien que lo había pasado bailando junto a él, Paulina era de esas típicas mujeres que se vuelven locas bailando y como que pierden los sentidos.
-Jajajajaj así que este gordo con cara de tarado es tu novio!?, pues eso a mí no me importa… Vi que te comportas como toda una zorra, de seguro que eres una puta camuflada…, así que agarra tus cosas porque te vas conmigo, jajajaja… le dijo a la vez que la tomaba fuertemente por unos de sus brazos…
Paulina quien con ese brusco cambio de personalidad de aquel siniestro hombre quedo paralizada y sintió con las fuerzas desmesuradas en que este la tomo y la levanto de su asiento haciéndole daño,
-Suéltala pendejo…! Fue lo primero que atino a decirle Edgar al delincuente que pretendía llevarse a la que había sido su mujer aunque sea por un rato…
-Jajajaja… así que te la vas a dar de machito conmigo!!?? a ver muéstrame de lo que eres capaz bola de manteca, le dijo el negro sacando de entre sus ropas una afilada cuchilla, Paulina quedo aterrada y temía por la integridad de su sobrino, Edgar que tampoco era un santo cuando salía de andadas con sus amigotes, sin pensársela dos veces tomo la misma botella de Chivas que estaba en la mesa y sin más se la planto en plena cabeza al negro quebrándosela y dejándolo automáticamente fuera de combate, pero en ese mismo momento sintió una fuerte patada en su espalda que lo hicieron irse al suelo, pero como él era gordito prácticamente reboto en el piso de baldosas, y cuando su nuevo agresor ya se le venía encima lo esquivo como obra de magia y aprovechando el mismo impulso de este lo tomo desde sus ropas y lo azoto contra el canto de la mesa, esa le salió de pura suerte, pero la cosa fue que este otro negro que era aún más horripilante que el primero y compinche del mismo quedo sangrando y llorando como una Magdalena.
Paulina quien vio todo en primera fila fue a socorrer a su sobrino que aún estaba arrodillado en el suelo, pero fue Edgar quien reacciono más rápidamente que ella…
-Toma tu bolso zorra…!! Nos largamos…!!!, junto con esto al ponerse de pie la tomo de la mano y aprovechando la batahola que se formó en el tugurio prácticamente saco a rastras a su tía de aquel tugurio…
-Como estas Edgar… te duele tu espalda… vi que te pegaron una patadaaa… estas bien…?, le consulto mientras caminaban rápidamente alejándose de aquel tugurio, Paulina aparte de estar bajo los efectos del alcohol también estaba muy preocupada,
-Solo camina putaaa…! no ves que nos pueden seguir…!
Cuando ya estaban algo alejados del local en donde ocurrió la pelea, la mente de Edgar trabajaba a mil por hora, sabía que ya estaban a salvo y que nadie los siguió, pero él no quería separarse de aquel portento de mujer que caminaba a su lado media ebria y muy agarrada de su brazo.
Paulina vio que el chico de pronto se había quedado parado y con los ojos fuertemente cerrados llevando una de sus manos a su espalda en señal de dolor,
-Qué te pasa Edgar…te sientes bien!?
-Dueleee!!, se quejó el chamaco ahora apoyándose en un árbol…, y volviendo a actuar para confundir aún más a su apetitosa familiar,
-Pero si yo misma vi cómo te patearon en la espalda… puedes caminar!?, Paulina a pesar de ir algo ebria ahora estaba más preocupada que hace un rato…
-Necesito recostarme… me duele muchooo…
-Caminemos a tomar un taxi… debe haber alguna calle más o menos concurrida por aquí, no?
-No… no la hay… y menos a estas horas…
-Y entonces que hacemos?
-Yo creo que lo mejor es que busquemos un lugar donde quedarnos…, el caliente chamaco ya hasta cruzaba los dedos de sus pies para que la treta le resultara.
-Pero… pero… tú dices quedarnos juntos!?…pero adonde?
-En un hotel… donde más…?
-Hay… no creo que sea una buena idea…, le contestaba le hembra mordiéndose los labios de puro nerviosismo, lo que para Edgar resulto fascinante,
-Además que estaremos más seguros recuerda que esos drogos en cualquier momento nos pueden salir a buscar… Auchhh mi espalda… me dueleee…!
-Vale…vale… busquemos uno… pero solo será para que te recuestes Ok…
-Y para que más podría ser, si tenemos un acuerdo no?, esto último el calculador chamaco solo lo dijo para que la mujer se confiara y no le hiciera problemas al momento de entrar a cualquier pocilga de las que por allí habían. -Caminemos por aquí cerca debe haber uno… Auchhh… mi espaldaaa…
Paulina media lucida y media ebria nuevamente se puso en camino hacia donde el chamaco quisiera llevársela, sabía que estaba haciendo mal y muy mal, pero su sobrino con sus últimas palabras le había dejado en claro que el también estaba presto en cumplir con lo acordado, así que tal vez no era tan malo que ella estuviera en camino a ir a encerrarse a un hotel con el muchacho, si lo estaba haciendo era solamente porque él estaba adolorido, y más encima por defenderla a ella.
Edgar había hecho muy bien el papel de estar adolorido al extremo de no poder caminar, pero la verdad en aquellos momentos era una sola, y era que estaba más que recaliente y ansioso por llegar lo antes posible a cualquier motel que pillara por el camino, sabía que estaba solo a minutos de estar a solas con su tía y adentro de una habitación con una cama para el poder descansar, reía para sus adentros.
Tras caminar solo una cuadra de donde estaban llegaron a una ancha calle de dos vías con un bandejon central, los ojos de la hembra veían que por ambas veredas habían numerosos letreros con luces rojas o amarillas que parpadeaban con la vistosa palabra “Motel”, u “Hotel”, aparte de ver que en las veredas de ambos lados habían muchas mujeres que vestían en forma escandalosa y que por cada auto que se detenía estas se acercaban a él como abejas a un panal, Paulina se sintió aterrada era la primera vez en su vida que veía en vivo y en directo a verdaderas meretrices de todas las edades ejercer su inmemorial y sacrificada profesión.
-Edgar adonde estamos…? quienes son todas esas mujeres?, le consulto a su sobrino con un dejo de preocupación en su voz, mientras caminaban por la misma vereda de las putas,
-Jajaja… estamos en la calle de las putas por si no te habías dado cuenta,
-Y por qué me traes para acá!?
-Es la única calle en donde encontraremos donde quedarnos, pero tranquilízate, yo conozco este sector…
-Mejor busquemos un taxi…, la muy nerviosa mujer ya se estaba arrepintiendo de ir a quedarse con su sobrino, pero por más que buscaba con sus ojos algún taxi no pudo ver ninguno,
-Tranquila… si ya llegamos…, le dijo Edgar al casi adivinar lo que estaba pasando por la mente de su mujer…
Cuando por fin la hembra vio que su sobrino la introdujo dentro de uno de esos hoteles escucho la rancia voz de un viejo pelado y de lentes que solo se dirigía a Edgar,
-Solo me quedan habitaciones simples…
-Está bien tomaremos una…
-La puta que lo atenderá anda con sus papeles al día?, no quiero problemas con la policía…, consultaba el vejete mientras abría un libro de registros,
Cuando Paulina quiso hablar para poner en su lugar a ese viejo desgraciado y decirle que ella no era ninguna puta, Edgar contesto rápidamente,
-No se preocupe… anda con todos sus papeles al día y también tiene sus vacunas…
-Bien… necesitare su identificación y también la de la puta… para registrarlos, Paulina nuevamente quiso poner en su lugar al viejo, pero viendo que este ni siquiera se limitaba a mirarla, simplemente le paso su identificación muy de malas ganas.
Una vez ya dentro de la habitación y cuando Paulina una vez más tuvo que pagar por adelantado la estadía de ambos en ese otro antro pero ahora con una cama, la hembra recriminaba al muchacho,
-No tenías para que haberle corroborado que yo era una puta, según creía ese viejo!
-Ja…! solo fue una broma… Auchhh mi espalda dueleeee!!!
-Recuéstate… recuéstate un rato… se te pasara de a poco…
Paulina ya más relajada y tranquila se sentó a un lado de la cama, el muchacho estaba recostado mirándola,
-Edgar… ehhh… quería darte las gracias… lo que hiciste allá en el antro fue muy atrevido… esos tipos pudieron lastimarte…, le dijo a la vez que se servía uno de los tragos que les habían llevado a la habitación como atención por cuenta de la casa…
-No es nada… tenía que hacerlo… si se querían llevar a mi zorra…!!
-Ya no me llames así… yo cumplí con mi parte ahora tu cumple con la tuya…
-Yo te hablo como quiero puta… el trato era por toda la noche y recién son las 3.30 am, así que recuéstate un ratito… y no te preocupes… mi espalda está muy mal… en este estado no veo que sea capaz de hacerte nada…
Tras la atrevida solicitud Paulina se dio a estudiarlo, el muchacho era bastante ancho de pecho y espaldas, su panza subía y bajaba como la de un animal en reposo, y al mirarle su cara llena de espinillas le dio risa tenerlo ahí tirado todo adolorido y por culpa de ella, extrañamente se sentía protegida por el chamaco, y algo en su confundida mente le decía que en el fondo la situación de como su joven sobrino la había defendido de dos delincuentes le había gustado… y mucho, por lo que decidió que en forma de agradecimiento seguiría un ratito más con el jueguito del mocoso, así que dándole otro sorbo a su vaso, le consulto…
-Así que se querían llevar a tu zorra!!??, le pregunto poniéndole a propósito una cara de picardía… y que más harías por tu zorra!?
-Lo que me pidas…!! Le contesto el chamaco tragando saliva, no sabía si su tía Paulina estaba diciéndole esas guarradas por encontrarse ebria  o por querer tomarle el pelo…
La mente de Paulina más se confundía a medida que pasaban los minutos, ella solo quería jugar con el niñato, tal como lo había hecho muchas veces cuando los hombres se creían que a lo mejor tendrían alguna oportunidad con ella, pero ahora era distinto, el ver con la vehemencia en que le contestaba su sobrino, esa forma en que la había tenido en sus brazos cuando bailaron, de cómo la defendió y ese extraño brillo de desesperación que veía en sus ojos por querer tocarla, sabía que aquel brillo eran de deseo, pero ella era casada y para rematarla el pendejo ese era su sobrino, hasta que ya bombardeada por tantas emociones, le dijo…
-Me recostare un ratito a tu lado… pero nada de cosas raras… solo puedes tocar…, y a penas empiece a aclarar nos vamos… ok?
-Pierde cuidado tía Paulina… le contesto el caliente muchacho haciéndole un lado a aquella curvilínea hembra que ya estaba presta a recostarse a su lado en la cama.
Apenas Paulina estuvo recostada en el viejo camastro, con su cabeza y sus cabellos desordenados apoyados en una de las amarillentas almohadas de aquella inmunda habitación de motel mirando fijamente a los ojos del exaltado muchacho, este mismo no hallaba que hacer ni como comenzar, a pesar que su papel de macho dominante le había salido espectacular en el transcurso de los acontecimientos de la noche, la verdad era una sola, él nunca pudo hacérselo a la única novia que había tenido, en otras palabras se podría decir que a pesar de los motivos y el condicionante que había solicitado esta nueva ninfa, esta era la primera vez que el pobre y nervioso chamaco estaba meramente acostado con una hembra de verdad.
Recostado a un lado de la desorientada mujer, por culpa del alcohol ingerido, y que ahora ella prácticamente se le ofrecía sin remilgos para lo que él quisiera hacerle, pero menos eso otro, Edgar casi se sobaba las manos por al menos intentar hacérselo, y agradeciéndole a los Dioses por su buena suerte se dedicó por algunos minutos a contemplar por unos momentos la figura de la mujer que tanto había estado deseando.
El caliente sobrino contemplaba de muy cerca aquellas perfectas y proporcionadas tetas que ya casi se asomaban por debajo del vestido negro de su tía, en donde estas parecían estar esperando ser manoseadas y chupadas por alguien y que ese alguien seria el mismo, se decía ya casi babeando el caliente chamaco, mientras la hembra aun esperaba ver cuál sería su primera reacción.
Edgar ya no aguantando más se lanzó a besarla tal como lo había hecho en las ocasiones anteriores de aquella acalorada noche, mientras la besaba sentía aquella boquita ahora tibia y con un fuerte aliento a hembra y a alcohol, por lo que supo que su tía aún estaba ebria, dictaminando así que si realmente sabía calentarla como corresponde ella le cedería eso que el tanto deseaba.
Paulina se dejó nuevamente besar por su sobrino-ahijado, al tiempo de ir ella entregándose cada vez más a ese ardiente y desesperado beso que el chamaco le estaba brindando, por lo que ella misma subió su otra mano para abrazarlo y mover sus manos sobre su mantecosa espalda, intentando en forma cohibida acariciarlo para hacerlo sentir bien y que captara de lo muy agradecida que estaba ella por haber sido defendida hace algunos momentos.
Así pasaban los minutos hasta que de pronto y sin darse cuenta la semi confundida hembra estando ya casi extasiada comenzó a abandonarse entre los brazos y los ardientes besuqueos de su sobrino, con su lengua buscaba e intentaba en forma desesperada juntarla y enredarla con la de él, mientras ahora le acariciaba sus desordenados cabellos en una forma más que maternal.
-Ohhh tía estas tan buena le decía el caliente chamaco en uno de sus oídos casi comiéndoselo, provocándole a Paulina una serie de exquisitas sensaciones las cuales se traducían en oleadas de escalofríos que la recorrían entera, mientras sentía como su sobrino ya le sobaba las tetas por sobre el vestido, pero cuando ella quería poner cierta resistencia su mente le acordaba que ella tenía un trato con el chico, y que aún no amanecía.
Edgar notando la pesada respiración de su compañera de cama y dándose cuenta de la pasividad de esta para el poder hacerle lo que quisiese, de un momento a otro le soltó la boca para comenzar a rozar con sus labios su aromático cuello y empezar a lamerlo y besarlo en forma exasperada  a sabiendas de ambos que su camino era uno solo, este era hacia sus tetas.
A todo esto Paulina seguía entregándose cada vez más y poniéndole menos restricciones al chamaco,  además que ya eran tantas las emociones del momento que ella por cada minuto que pasaba se sentía menos culpable por lo inapropiado de aquel tipo de tocaciones que ahora su sobrino intentaba sobre su cuerpo ya que este poco a poco le iba subiendo el vestido, este lo hacía de a centímetros para no espantar a la mujer, pero ella animada quien sabe por qué cosa sentía que todo aquello le estaba gustando demasiado y sin querer proponérselo le notifico su aprobación en el cometido dejando salir de sus labios un suave y genuino gemido de calentura que el muchacho capto al instante.
Enardecido por aquel erótico mensaje que le había emitido Paulina, Edgar dejo para luego lo del vestido y dirigió su boca a la de ella  abriéndosela y metiéndole nuevamente su lengua lo que más pudo como si literalmente se la estuviera comiendo, fueron intensos minutos de salivoso besuqueo, el chamaco la recorría entera, desde su boca, su cuello y el nacimiento de aquellas montañas de carne y viceversa dejándola vistosos y brillosos caminos  de saliva, para luego volver a un frenético atraque de bocas en donde Paulina le correspondía los besos como si ya verdaderamente le perteneciera al gordo de su sobrino.
La temperatura en aquella habitación de motel por cada minuto que pasaba era más intensa, por ahora solo se escuchaba el sonido de bocas que se comían y de lenguas que se probaban y enredaban una contra la otra, acompañados de tímidos rechinidos de la cama debido a los leves movimientos que hacían sus ocupantes para acomodarse mejor.
Mientras todo esto ocurría al interior de la habitación, Paulina sin tener muy en claro que ya estaba caliente, muy caliente, situación que le impedía pensar de una forma más clara y sensata, simplemente parecía estar ya en otra dimensión de la cual ella no quería salir, le estaba permitiendo a su sobrino que hiciera cuanto quisiese, mucho más de lo que ella horas atrás había acordado, pero estaba sintiendo todo aquello tan rico que se dio a permitirle a su cuerpo que mandara sobre su mente solo un ratito más, sabía que si el chamaco intentaba intensificar sus avances ella sabría como detenerlo.
Pero el obeso muchacho por cada momento que pasaba, por cada tocación de suaves y tibias carnes femeninas este se iba calentando cada vez más, su joven virilidad ansiosa por entrar en combate ya rosaba en forma más que sugerente la cadera de la casi entregada hembra, o al menos así le parecía a él, mientras que Paulina por su parte ahora empezaba a sentir como la dura apéndice del muchacho se incrustaba en su cuerpo, pero ella sabía que aún estaba protegida por su vestido, a sabiendas que todo aquello apuntaba a una sola cosa la embriagada mujer abría sus ojos para mirar hacia la ventana y viendo que el cielo por ahora se negaba a clarear y que todo estaba oscuro sencillamente cerraba sus ojos y se daba a seguir sintiendo todo aquello que le estaban haciendo en forma tan deliciosamente prohibida y a la vez enajenante.
El muchacho notando las lamentables condiciones en que se encontraba su tía, termino por decididamente ahora si subirle el vestido, sus temblorosas manos tomaron la tela negra y la fue corriendo hacia arriba descubriendo y desenfundando aquella endiablada figura llena de curvas lujuriosas, sus ojos se quedaron clavados en aquel atrayente y pequeño triangulo blanco que protegía la sagrada intimidad de aquella Diosa entregada, todo eso cubierto por las finas medias transparentes que llevaba puesta la joven mujer, el chamaco siguió subiendo el vestido hasta pasarlo por encima de las tetas de la pasiva y lujuriosa Diosa, sus ojos y su mente se llenaron con la imagen casi desnuda de aquella hembra que solo lo miraba sin saber cómo atinar ante aquel anti natural y erótico momento.
No dándole tiempo de reacción a su tía Edgar nuevamente se abalanzo a besarla ahora con más frenesí, a la vez que su nerviosa mano se posó en el tibio vientre de ella sobándoselo despaciosamente a la vez que alternaba sus caricias con los enfundados muslos de la mujer, haciéndose estas cada vez más atrevidas ya que su mano centímetro a centímetro se iba acercando a la zona prohibida.
En un momento de lucidez Paulina quiso poner término a toda aquella deliciosa locura, entre susurros le dijo a su sobrino…
-Ed…gar… esto… esto no está biennn…
El muchacho solo se dio a chuparle su oreja a la vez que le decía,
-Tranquila putita…slurpsss… slurpssss, así sonaban los sonidos de lengua en la oreja de la aturdida mujer, -Si no te estoy haciendo nada, solo te estoy… slurpssss… besando y tocando…slurpsss…tal como tu dijiste… slurpssss…
Paulina estando con sus ojos cerrados sentía como esa cosquilleante lengua bailaba en su oído otorgándole ahora oleadas de escalofríos que la hacían sentir más rico que antes, mientras advertía como la sudorosa mano de Edgar bajaba por su vientre en franca dirección hacia lo más íntimo de su ser, a la vez que ahora este le apuntalaba la cadera con más ímpetus que antes, y en el momento en que noto que al chamaco solo le faltaban centímetros para tomar posesión de su fisura prohibida apenas cubierta por su pequeña ropa interior blanca y las medias, rápidamente bajo sus manitas para protegérsela a la vez que le decía…
-No Edgar… por favor… ahí nooo…
-Tranquila zorritaaa… le dijo el caliente chamaco que ahora se movía en su cadera como si verdaderamente ya la estuviera culeando, -Tu dijiste que podía tocar todo lo que quisiera, y hasta el momento es lo único que he hecho, jejeje solo estoy tocando, le decía a la vez que el mismo le retiraba las manos de su zona intima, y estando esta ya nuevamente desprotegida, poso su sebosa mano en aquella erótica curvatura para comenzar a mover su dedo medio en la caliente rayita que el chico ya creía sentir…
Paulina quien escucho la explicación del muchacho pensó erróneamente que este tenía razón, solo estaba tocando por lo que simplemente lo dejo y envalentonada por la caliente morbosidad del momento se atrevió a recoger sus piernas e ir abriéndoselas para que su sobrino la tocara más a gusto, Edgar por su parte ya hasta se babeaba sin darse cuenta de ello, llevaba unos buenos minutos masturbando y besando a su tía, la fricción que hacían sus dedos en aquella exquisita parte lo tenían en la estratosfera, sentía en sus dedos el suave roce de sus medias contra sus calzones, e increíblemente sintió la erótica humedad que expelía desde la más recóndito de aquella sabrosa curvatura.
Por su parte la excitada Paulina solamente emitía unos ricos gemidos de placer, pero cuando salido muchacho intentaba meter la mano por debajo de la fina tela de las medias ella se lo impedía con sus dos manos, pero él quería más y sabía que tenía que ser moderado, su tía en cualquier momento podría caer en la cordura y ahí sí que todo se podría ir al traste sin el haber concretado lo que tanto deseaba, así que estratégicamente retiro la mano de la íntima hendidura de quien ya con seguridad iba a ser su mujer, simplemente se montó sobre aquel curvilíneo y semi desnudo cuerpo de Diosa.
Paulina sintió el peso del muchacho sobre su delineada figura quien no le dio tiempo para cerrar sus muslos, así que ahí estaban con ella abierta de piernas y con Edgar montado sobre ella y aun vestido, cuando la confundida chica quiso saber que era lo que pretendía el chamaco este nuevamente la asalto con su boca, a lo que ella se entregó casi al instante al tener en cuenta y solapando su calentura en que el muchacho aún estaba vestido así que no podría hacerle nada.
Edgar mientras la besaba en forma asquerosa, como pudo metió sus manos por debajo de sus espaldas para destrabar el sujetador, Paulina por más que quiso poner resistencia a esto no lo pudo lograr, ya que al estar bajo el pesado cuerpo del muchachón nada pudo hacer para impedirlo, solo vio cuando su brassier salió volando y fue a caer a una esquina de la habitación, para luego ver al frente de sus ojos como el muchacho le subía el vestido hacia los hombros para terminar de retirárselo haciendo que ella, sin oponer mucha resistencia, levantara sus brazos, este fue a caer a cualquier parte.
-Ohhhh tiaaa…!! tienes las medias tetasssss!!!!, le dijo el chamaco cuando se separó de la boca de Paulina para admirar aquellas enormes y duras chichotas que estaban a solo a segundos de que el mismo se las comiera, y volviéndose a acomodar sobre las abiertas piernotas de la hembra, poniendo sumo cuidado que su ya bien parada verga aun cubierta por sus ropas quedara apoyada en la misma vagina de su tía con la intención de que ella se la sintiera, vagina que también ya estaba solo a minutos de quedar al aire.
Edgar se lanzó a lamer esos duros melones de ensueño ensalivándolos y apretándolos con sus dos manos, no dándole tiempo de reacción a la mujer que como podía miraba extrañada como su mismo sobrino la tenía con las tetas al aire y chupándoselas como si de verdad quisiera sacarle leche de estas,
-No Ed…gar no ha…gas eso… no me chu…pes las te… tas… le decía con un hilillo de voz y en forma entre cortada…
-Solo disfruta zorraaa… estas tetas son mías… le dijo a la vez que se las volvía a zampar y comenzaba a moverse sobre su cuerpo paseando su duro paquete por toda la zona vaginal…
-Nooo… no te muevas así… no… que haces…!?
Pero el ya encendido chamaco no le contestaba nada y no le hacía caso simplemente se movía en forma ondulatoria sobre su esbelto y tonificado cuerpo, Paulina quien todavía estaba en el limbo, solo le decía todo eso como parte del ritual erótico en donde la hembra debe oponer cierta resistencia antes del momento del apareamiento.
Edgar quien ya estaba decidido a culearsela si o si, con una teta en la boca bajo sus manos hacia su paquete y comenzó a desabrocharse los pantalones, una vez que lo pudo lograr como pudo se los fue bajando, el trabajo era de por si infructuoso debido a su obesidad, la mismo hiso con sus calzoncillos, y ya con su verga afuera simplemente comenzó a moverla de arriba y hacia abajo por sobre las delgadas telas que aun protegían la entrada intima de su tía.
Paulina quien estaba tan caliente como aterrada por todo lo que estaba sucediendo y tal vez también por lo que ya casi era un hecho inminente no hizo nada por detener a su sobrino.
En el sulfurante momento en que sintió el roce de la verga de Edgar con sus dos únicas prendas íntimas y comprobando ella misma como estas hacían contacto directo con la piel de su vagina fue invadida por una extraña sensación de eroticidad que la animaban a que lo hiciera con su sobrino, y no supo cuál fue el momento en que se vio a ella también moviendo su pelvis para buscar con esta la cabeza de aquella herramienta que tan gratificantemente le friccionaba su ya muy mojada ropa interior con las carnes de su ya bien mojado coño.
Ya ambos sudaban moviéndose tal cual como si ya estuvieran culeando, se besaban y se recorrían con las manos, el gordo Edgar sentía que en cualquier momento era su último minuto, así que ya decidido de una buena vez por todas a hacérselo a su tía, nuevamente bajo sus manos hasta las caderas de la hembra quien se mantenía con los ojos cerrados dejándose hacer.
Paulina sintió las dos manos del muchacho puestas cada una a un lado de sus caderas y como este intentaba retirarle las dos últimas prendas que protegían su esbelta humanidad, inexplicablemente y notando el nerviosismo del chamaco que le costaba trabajo llevar a cabo aquella ardiente tarea fue ella quien voluntariamente junto sus piernas y apoyo la punta de sus pies en la cama elevando sus caderas para que el chico pudiera más fácilmente despojarla de las dos últimas prendas que le quedaban puestas en su cuerpo, que también una vez que se las sacaron medias y calzones fueron a dar a otra esquina de aquella viciosa habitación, para luego ella volver a abrirse de piernas y quedar lista para el incestuoso acoplamiento. A Paulina la tenían totalmente desnuda y entregada.
Fue en ese preciso momento en que una leve chispa de cordura la hicieron ver la cruda realidad, estaba totalmente encuerada y solamente a minutos de que su propio sobrino se la metiera, y cuando vio a este enderezarse y quitarse la camiseta dejando a su vista sus rollizas carnes y tetillas caídas todo el pudor que hasta ese momento había estado ausente le volvió la conciencia de sopetón para semi inclinarse en la cama y decirle,
-No Edgar… ya basta… esto… esto no es correcto… salte de encima que me voy a vestir…
El muchacho que estaba con sus ojos enrojecidos por la lujuria que se veía venir se la quedó mirando incrédulo, pero consiente de las condiciones en que la tenía, su tía aún estaba debajo de el con sus muslos bien abiertos, Paulina quien ya sabía que si no hacía algo rápido ya sería tarde intento mirar si había algo de su ropa al alcance de su mano, hasta que su vista se topó con la verga del chamaco, esta era mucho más grande que la de su marido, nacía desde debajo de la panza del chamaco donde todo era oscuro debido a un enjambre de pelos negros, era una cosa larga y gorda que tenía un grueso nervio interior que la cruzaba en toda su extensión llegando hasta el glande que en esos momentos estaba semi cubierto por el forro de piel, esta grotesca cosota palpitaba ágil e impaciente de arriba y hacia abajo, estando ella accidentalmente casi ensimismada estudiándole la terrible herramienta a su sobrino sintió como este nuevamente se echaba sobre su cuerpo aplastándola y haciéndola quedar tirada de espaldas…
El chamaco dándose cuenta que su tía ni pestañeaba al momento de estar mirándole su tranca se dio a decirle,
-Te gusta mi verga zorraaa, jajajaja… mide 24 centímetros exactos cuando está bien parada, ya me la medí en los baños del colegio y soy uno de los que la tiene más grandota… jajajaja!!!!
-No Edgar… no… no por favor… no me lo vayas a hacer…, esa cosaaa… esa cosaaa… no me cabraaa!!!, le exclamaba ahora en forma suplicante Paulina a su sobrino, o sea no si quiera tenía que hacer comparaciones, ya que las medidas vergales de su sobrino eran simplemente animalescas,
-Jajajaja… Si tía… te la voy a meter… si mira no más como estamos…, le decía el salido chamaco mientras se seguía acomodando para llevar a cabo la penetración entre medio de esos brillosos muslos de ensueño,
-Esto es un error Edgar por favor salte de encima mío… de verdad que yo no quiero hacerlo, le decía Paulina lanzándole manotones en el pecho…
-No te creo, jajajaja si recientito no más te movías como una fulana, le decía el chamaco mientras ya con una de sus manos se agarraba la verga y paseaba la cabeza de esta por toda la línea vaginal de su tía recordando que en su única experiencia de esta naturaleza en aquella ocasión le había ganado la ansiedad, pero ahora sería cuidadoso no estaba dispuesto a dejar escapar a esta nueva zorrita, y menos sabiendo de quien se trataba…
-Noooo sácala de ahí… no debemos hacerloooo!!!, le gritaba Paulina notando como la cabeza de aquella monstruosidad hacia leves contactos con su expuesta vagina…
-Si lo haremos putaaaa!!!, yo no te obligue a estar en las condiciones en la que te encuentras, además solo hace unos minutos nada más estabas meneándome la zorra buscando la punta de mi verga… ya no te hagas…
-Pero… peroooo ahora yo ya no quiero hacerlooo…!!!
-Jajajaja… me da lo mismo, si es así entonces tendré que hacértelo a la fuerza, jajajaja!!! -Ohhhh!!!!, bufo el chamaco casi en la misma cara de su tía, -Los pelos de tu zorra son suavecitos putaaa!!!, le dijo cuando sintió en su glande las sedosidades de los pelitos íntimos de la que muy pronto iba a ser la primera mujer de su vida.
-Ya bastaaa…! –Edgar… te juro que si me lo haces te voy a denunciar por violación!!!…
-Jajajaja…! -Déjate de decir webadas puta de mierda…!!! Si no te has dado cuenta estas metida en un motel en donde solo se culean a las putas, quien va a creer que una decente mujer de familia se la van a venir a encamar en forma obligada a un antro como este, recuerda que aquí hay cámaras y tu entraste solita y hasta te identificaste en la recepción… así que ahora relájate y déjame meterte la verga…
En el momento en que el muchacho se levantó para echarle un último vistazo a la preciosa flor que él se iba a comer con su verga sus ojos vieron un precioso triangulo de finos pelos negritos, bien encrespados y brillosos que parecían estar bordados a la piel de su hembra, este momento lo aprovecho Paulina para intentar levantarse de la cama y poder vestirse, pero fue tomada por Edgar quien no estaba dispuesto a dejar pasar esta oportunidad, y viendo como forcejeaba la desesperada mujer tratando separarse de la cama no le quedo más opción que echarse sobre ella con todo su cuerpo, Paulina nuevamente sentía el peso del muchacho sobre su anatomía,
-No Edgarrr… ya párale si… por favor nooooo me lo hag…
El chamaco haciendo caso omiso a las demandas de su tía acomodo su vibrante verga en la entrada de la vagina, Paulina quien ni siquiera alcanzó a terminar de decirle lo último cuando exhalando un suspiro, la angustiada tía sintió la firme y caliente carne del miembro abusivo de su sobrino entrar en contacto con su entrada intima, pensó que ya la tenían lista para metérsela,
-Ya estoy listo mi vida… prepárate que te la voy a meter…
-Noooooooo…!! Grito Paulina en forma desgarradora cuando sintió el accionar de las fuerzas de Edgar violando su tajito que hasta ese día solo había sido abierto por la verga de su marido, -Noooooooooooo… no me la metas imbécil… sacalaaaa… soy tu tiaaaaaa!!!!. Fue lo último que le grito Paulina a Edgar cuando sintió que la barra de carne caliente de su sobrino iba deslizándose y entrando hacía en interior de su cuerpo, queriendo lograr con esto que el muchacho se detuviera, siendo que contrariamente a sus pretensiones que ella fuera su tía era lo que más le calentaba al enardecido chamaco, que era a la misma hermana menor de su madre a quien se lo estaba metiendo.
Edgar seguía metiendo su miembro con los ojos cerrados no haciendo caso a los empujones y arañazos que Paulina le daba, sintiendo por primera vez en su vida como su gruesa verga en esos momentos estaba siendo abrazada y recibida por las tibias carnes y caldos interiores de una mujer y que estas eran las de su atractiva tía materna, ella por su parte en forma forzada dimensionaba como su cuerpo albergaba una nueva verga que no era la de su esposo sino la de su propio sobrino y ahijado, a los pocos segundos la desesperada hembra en contra de su voluntad caía en cuenta que su vagina había terminado por comérsela entera, la sentía grande y gruesa, palpitante y caliente.
Edgar al sentirse clavado en lo más profundo del cuerpo de su tía Paulina, y ayudándose con los dedos de sus pies le mando un fuerte empalamiento para que ella supiera que se la tenía metida hasta las bolas,
-Ahhhhhhhhyyyyy…! Aaaaahhhhgggg!!, gimió Paulina con su boca abierta y con su mirada puesta en el techo de la habitación, sentía como le tenían abierta su entrada vaginal, y en esta ya estaban ensartados casi 25 cms., de gruesa verga, el caliente chamaco sin proponérselo ni pensando en el estado de la mujer que estaba torturando con su animalesca herramienta estaba casi partiéndola en dos, se la había abierto casi hasta la última instancia que aguantarían las femeninas e íntimas carnes de Paulina sin llegar a rajárselas.
-Estooo… esto es el cielooooo…! Decía Edgar que sus ojos estaban bien abiertos y enrojecidamente resquebrajados por estar sintiendo valga la redundancia todo ese femenino calor que el interior de la vagina de Paulina le brindaba a su verga por primera vez en su vida, para luego pensar que lo que tenía aquella hembra entre medio de sus piernas no era una vagina, era fuego… un exquisito fuego que lo abrazaba desde su verga y que lo consumía entero.
Por su parte la hembra se había quedado estática, sintiéndose empalada y clavada hasta lo más recóndito de su ser, el muchacho se la había metido de una y sin consideraciones, la tenía agarrada por debajo de los hombros afianzándose así con más ímpetus a su figura, solo sentía su agitada respiración a un lado de su cara, sentía unas tremendas ganas de llorar por la tremenda estupidez que ella misma había permitido que ocurriera, si bien su estrecha vagina estaba adolorida y maltrata ante la bestial irrupción, su mayor dolor en aquellos momentos era la falta cometida, la imagen de su trabajador marido le machacaban la mente, el honor de la familia y todo eso, a todo esto se sumaba que no importando el motivo ni como se sucedieron los acontecimientos, la cosa era que ella estaba en un motel acostada desnuda y a segundos de que se la empezara a culiar un hombre que no era su esposo, y lo más estúpido de todo aquello era que ese hombre que prácticamente ya se la estaba cogiendo era su mismo sobrino y ahijado.
Estando en estos pensamientos la desdichada Paulina sintió como su sobrino empezaba a mover la verga dentro de su cuerpo, la sintió deslizarse hasta la mitad de su extensión para nuevamente volver a experimentar como se la metían con más fuerzas que la primera irrupción, para luego volver a padecer el mismo tratamiento pero ahora con más energías e igual de doloroso y lacerante, el cual al paso de los segundos estos se volvían mas repetitivos.
Mientras el chamaco se movía haciendo entrar y salir su verga en el curvilíneo cuerpo de su tía, este ponía todo de su parte para alargar el momento de eso tan rico que estaba sintiendo, tal cual como lo hacía cuando se masturbaba, pero esto… esto era mil veces mejor se decía mientras volvía a empujar hacia adentro experimentando todas aquella más que gratificantes sensaciones que le otorgaba aquella sabrosa y resbalosa rajadura que poseía Paulina en lo más íntimo de su anatomía.
Edgar metía, sacaba, empellaba y volvía a meter como un verdadero animal, sus movimientos se habían ido haciendo cada vez más acelerados a medida que creía que por cada fuerte estocada que plantaba en las carnes de su tía su tranca parecía ser succionada por aquella caliente y jugosa vagina, hasta que acordándose que aquel hoyo vaginal tenia dueña levanto la parte superior de su cuerpo, para ponerle en conocimiento todo aquello que estaba sintiendo…
-Ohhhhh… Tía… eres… eresss… estassss… muy bue… naaaaa!!!, le decía entre jadeos y arremetidas, los cuales Paulina recibía con sus ojos cerrados y en señal de dolorosa y no consentida aceptación, (no sé si entiende) –Te gus… taaa!!?? Te gus…taaaaa!!??? Le preguntaba ahora intentando metérsela lo más profundo que podía…
Paulina quien escuchaba todo lo que su sobrino le bufaba en su misma cara solo se mantenía con sus muslos bien recogidos y abiertos ya que debido al peso de semejante animal este la tenía prácticamente inmovilizada, deseaba con todo su ser que el muchacho terminara lo más rápido posible con aquella incestuosa tortura para poder ella por fin tomar sus ropas, vestirse y largase de aquel mugriento y barato hotel en donde la estaban mancillando, pero el chamaco no daba muestras de cansancio y seguía dándole batalla como un enajenado.
Casi 30 minutos ya llevaban desde que el chamaco se lo había metido a su tía, en la habitación solo se escuchaba el rítmico crujir de la cama productos de los bruscos movimientos que hacían sobre ella, acompañados de unos leves y quejumbrosos gemidos de hembra usurpada que se entremezclaban con sonoros gruñidos de placer desesperado por parte del joven y gordo macho, pero la bestial cacha que le estaban pegando continuaba, la hembra quien ya estaba toda sudada producto de los frenéticos movimientos que hacían sobre su cuerpo, y también por estar ella aguantado el peso de toda aquella mole de masa corporal, fue en eso que sintió lo que menos esperaba sentir en aquella desquiciada copulación, era testigo de cómo su propio cuerpo empezaba a reclamarle los placeres que ella se negaba a reconocer, sentía como su almeja se mojaba a cantaros por cada distención de esta misma ante las brutales apuntaladas que le estaban propinando.
Sin siquiera ella misma darse cuenta creyó comenzar a sentir como el  miembro de su sobrino palpitaba y crecía en su interior llenándola toda conforme a como el caliente y obeso muchacho aumentaba la profundidad e intensidad de sus embestidas al interior de su tajo íntimo, con todas estas acaloradas sensaciones a la hembra no le quedó más remedio de comenzar a moverse al mismo ritmo que lo hacia su chamaco regalón.
Edgar debido a su inexperiencia aun no era consciente de que aquella tremenda hembra que era objeto de deseo de muchos hombres ahora gemía y meneaba su cintura en busca de su verga, pero si lo fue cuando Paulina ya no se resistió mas de tanta calentura que le estaba haciendo sentir esa tremenda cosa que se gastaba su sobrino, simplemente comenzó a balbucear,
-Mmmmmm… me… te… me…laaa…! mas…!! me… te… me…la más a… den… trooo!!
La hembra sentía como el chamaco en cualquier momento terminaba por rajarla y se preguntaba que hacia ahí ella animándolo a que tal vez lo hiciera, pero el gusto que le estaba haciendo sentir era extraordinario, aquel enorme tronco entraba y salía de su cuerpo en una forma resbalosamente exquisita estremeciéndola y queriendo que aquello no acabara nunca, que esa verga monumental y que ella ya había comprobado que su vagina se la podía perfectamente con su largo y grosor no la abandonara nunca.
Paulina seguía sintiendo esa caliente verga como lo violaba todo en su interior y ya era consciente de como su zorra se había adaptado perfectamente relamiendo y aceptando su largura, notaba como esta entraba entera en su estómago, sintiendo los testículos del muchacho como estas chocaban en la parte baja de sus nalgas, a la vez que admitía que nunca en su vida había sentido tanto placer en toda la extensión de su cuerpo como así mismo tampoco en su alterado sistema neuronal. 
Fue en eso que su propia y femenina naturaleza la iba a poner a prueba, y esto era que por cada relación sexual que ella mantenía con su marido tomaban la precautoria medida de que este acabara fuera de ella para no dejarla embarazada, ya que por ahora no querían tener hijos pero en este momento y sintiendo que su propio orgasmo se acercaba al igual que el del muchacho debido a los bufidos de desesperación que este pegaba, esa natural medida anticonceptiva para ella simplemente en estos momentos no existía, es más ni siquiera le importaba,
-Aahhhhhhhhhh…!!! Uuuuuuuuuffff !!!!, Paulina gritaba como loca, le estaban taladrando las entrañas y a ella le encantaba, a la vez que por cada segundo que pasaba y por cada apuntalamiento de carne que le ponían ella creía que era su último momento, el placer que le daba aquella caliente y gruesa vergota era verdaderamente mayúsculo, sentía que un violento orgasmo se  aproximaba y esto le llegaba a poner la piel de gallina,
-Uuuuuuufffff…!! Ayyyyyyyy…!!! Edgar dale…!!! Dale… más… fuerte…!!! Más fuerte que me corrooo!!!!, me corrooooo!!!! Métela más para adentroooo!!! Dios… Dios… me estoy corriendoooo!!!!
La hembra se meneaba como una poseída, aminorando los movimientos de a momentos para luego con su pelvis ella misma volver comerse la gruesa verga del chamaco que la culeaba tan exquisitamente, para otra vez volver a calentarse más y más, y así corriéndose ella misma una y otra vez, bañándole la verga con sus jugos íntimos, y una vez que experimentando en su curvilíneo cuerpo múltiples orgasmos se atenazo desesperadamente con brazos y piernas al grotesco cuerpo de su sobrino que en esos momentos estaba dando su vida en perforar lo más profundo que podía el cuerpo de aquella celestial y caliente Diosa que le había enseñado los placeres de la carne.
Edgar quien mientras seguía perforando a su tía con fuerzas descomunales sintió como ella se afianzaba a su cuerpo abrazándolo fuertemente con brazos y piernas, y sintiendo en su verga una plena sensación de felicidad soltó un ronco bufido de placer como jamás en su vida lo había dado, ni siquiera cuando como gritaba celebrando un gol,
-Arrrrrrrggggggggghhhttttttsss!!!!!! Fue el atarzanado grito de excelso placer que sintió el enardecido chamaco, mientras seguía bombeando bestialmente el entregado cuerpo de quien había sido su hembra, sintiendo sus tremendas y resbalosas tetas como se comprimían contra su pecho, metiendo y sacando toda la extensión de su tranca en el cálido agujero de su tía Paulina, quien también ella le exprimía la verga al momento de recibirle su duro y gigante miembro, hasta que estando ambos cuerpos, femenino y masculino bien pegados y solamente moviendo sus pelvis, los músculos del muchacho  se tensaron y en un último vaivén de adentramiento dejó toda la ardorosa vergota metida hasta el fondo de aquella mística e íntima grieta de amor que le habían ofrecido, y tuvo una larga y potente corrida de condensado e hirviente semen, llenando todo el interior de la mujer con su vigoroso simiente.
Paulina quien con sus ojos cerrados y con una viciosa cara de vulgaridad  notaba como su sobrino eyaculaba semen a raudales al interior de su cuerpo, por cada espasmo en que este le inyectaba una buena cantidad de prolífica esencia, ella comprimía sus músculos vaginales con la insana intención de exprimirle desde la verga hasta la última gota de mocos que este tuviera en su conducto vergal, soltándole ella misma de sus jugos a la vez en que él la apretaba contra su pecho, sus cuerpos sudaban y brillaban uno pegado al otro con la respiración agitada producto del inmenso placer experimentado por ambos, ya todo había acabado, a Paulina se la habían culeado en toda ley.
Era cerca del mediodía cuando una adolorida Paulina se despertó desnuda sobre la cama de un mugriento cuartucho de hotel con un inmenso dolor de cabeza, hasta que su mente se comenzó a aclarar y le vinieron los estremecedores recuerdos de lo que había sucedido solo hacia unas horas, lo primero que recordó fue la imagen de la sudada cara de Edgar subiendo y bajando sobre sus tetas junto con esto percibió un intenso dolor en su vagina, con espanto cayo en cuenta que había fornicado con su sobrino y ya casi adivinando lo peor llevo una de sus manitas hacia su vagina en donde con espanto sintió en ellas unos cuantiosos restos de semen ya coagulado y que se había estado secando a la entrada de su violada hendidura, estos eran los que había escurrido hacia afuera luego de ella caer en un profundo sueño después de la bestial cacha que le habían plantado.
Así pudo comprobar que el infeliz de su sobrino aparte de habérsela culeado estando ella ebria, mas encima el pendejo mal nacido había acabado en su interior, en su mano tenía  la muestra de ello el semen ya estaba casi seco.
Con su mente en total estado de conmoción se dio a recoger sus ropas que aún estaban tiradas en los rincones de la habitación, cuando ya se disponía a ponerse su prenda interior vio que desde sus tetas hasta su vagina el muy sinvergüenza había escrito con su mismo lápiz labial: “Esta zorra es mía”, con una significativa flecha apuntando hacia su vagina, fue en ese momento que cayó en cuenta que el desgraciado de Edgar a parte de haberse aprovechado de ella, el muy hijo de puta se había ido dejándola a ella en aquel antro de putas.
Sintiéndose humillada y vejada hasta mas no poder la joven mujer de 27 años se vistió, con su cara bañada en lágrimas hiso abandono del “Hotel”, siendo vista por una gran cantidad de hombres que a esas horas de la mañana ya habían abiertos sus locales y talleres para iniciar otra jornada laboral, en donde al ver la suculenta yegua que venía saliendo de aquel vicioso antro la agasajaron con todo tipo de peladeces e invitaciones indecentes convencidos todos que ella era una puta en plena finalización de sus servicios sexuales, Paulina simplemente se alejó de ese sector hasta que por fin pudo tomar un taxi que la llevaría hasta la seguridad de su hogar.
(Continuara) 
 
 
 

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