
CAPITULO 3 Al día siguiente, recuerdo que fue un día especialmente caluroso y nos encontrábamos toda la familia metida en nuestra piscina, intentando refrescarnos, tras la comida. Mientras mis hijos y mi marido jugaban en el agua con una pelota, yo prefería quedarme relajada en una esquina, con el agua a la altura de mi pecho, los ojos cerrados y rememorando el día anterior junto a mi guapo preparador, volviendo a tener en mente su cuerpo y aquellos roces aparentemente inocentes que acabaron en toqueteo más que descarado sobre mi culo. En eso estaba con mis ojos cerrados, cuando oí […]