Ni bien se marchó Viviana su madre cerró la puerta, se arrancó el vestido y totalmente desnuda se arrodilló a mis pies preguntando: “ ¿qué quiere que haga su esclava amo?”

No le dije nada por haber hablado sin permiso porque me gusto su actitud de sumisión absoluta, así que le dije: “parece que disfrutaste bastante haciendo de ama, ¿te va lo de sádica, no?”

-“Me va todo, estoy disfrutando como siempre soñé pero nunca lo había logrado cumplir. Me gusta tanto dar como recibir, que me humillen y humillar, me caliento y no tengo límites, si me lo pidieras mataría a mi propia hija”

-“¿Y era cierto que pensabas traer al niño para que viera a su mamá en esa situación?

-“Ahora que estoy más calmada puedo decir que no, pero en ese momento pensé en hacerlo”

Me empecé a preocupar, con Viviana me motivaban mis sentimientos de cariño hacia ella que, por más que insistía, yo no podía evitar. En este caso era distinto, yo no sentía nada por Mierda pero me dio miedo su confesión que en plena calentura era capaz de hacer cualquier cosa, si no la controlaba podía ser peligrosa.

Así que decidí probar si era cierto o sólo estaba alardeando, sin darle mucho tiempo a pensar le dije: ¿Qué sería lo que te daría más asco o repulsión?

Contesto rápido, supongo que ya alguna vez habría fantaseado con ello: “entrar en un baño público de hombres muy sucio y que me obliguen a limpiarlo con la lengua mientras me miran, me insultan, me pegan y se orinan encima mío” Mientras lo decía le brillaban los ojos demostrando terrible calentura.

“Bueno, ya mismo vamos a probar si es cierto” respondí desafiante, “ ponete algo de ropa de puta y píntate mucho”

A los 10 minutos bajó ya lista, era realmente un yiro barato: medias negras, minifalda roja, un top negro sin corpiño y toda la cara con muchísimo maquillaje, “¿estoy bien así?” preguntó pícara.

-“Poco importa, no creo que te dure mucho ni que nadie se fije en que llevas puesto”

Y tomándola del brazo salimos a la calle, no le dije donde íbamos pero por supuesto algo imaginaba, aunque no se atrevía a preguntar. Caminamos varias cuadras, casi no había gente a esa hora un domingo por la mañana, pero los pocos que cruzábamos miraban sin disimulo a Mierda, incluso alguno hacía algún comentario.

-“¿Te importa que te vean en el barrio así?” pregunté para humillarla un poco.

-“Para nada, si me lo pidieras me pondría en pelotas aquí mismo, estoy tan feliz con mi nueva vida que no me importa absolutamente nada más que gozar”

No me sorprendió su respuesta, me la veía venir por como había ido evolucionando su actitud, veríamos hasta donde llegaba. Seguimos caminando, yo cada tanto me divertía tocándole el culo o amasándole las tetas cuando había alguien cerca, ella ni intentaba mostrar alguna molestia.

Llegamos a destino, una estación de servicio de mala muerte, donde al mediodía suelen parar los taxistas, pero el resto del día suele estar poco concurrida, más un domingo. El playero estaba adentro de la cabina escuchando la radio, sin prestar atención al mundo que lo rodeaba.

Entramos al baño, era un asco como yo había previsto. Hacía años que nadie limpiaba eso, el olor era nauseabundo, los artefactos tenían una costra de mugre, el piso estaba lleno de orines, el inodoro era una acumulación de mierda, pis y algunos papeles infectos.

Mierda creo que no se esperaba algo así, supongo que jamás había estado en una letrina tan sucia, no le di tiempo a reaccionar, con vos firme le ordené: “ empezá a limpiar los mingitorios que buena falta les hace, y rápido”

Se acerco al primero, estaba tapado por las colillas de cigarrillos y tenía bastante orín en el fondo, se quedó medio frenada mirándome sin saber muy bien que hacer

-“ Vamos de una vez, empezá vaciándolo tragando todo lo que tiene”

Al recibir una orden concreta se despabiló, metió la cabeza adentro y empezó a chupar el pis hasta que no quedó nada, sacó la cabeza y con toda la cara mojada me miró orgullosa.

-“Está bien, ahora comete los puchos que tapan la salida” , no es fácil tragar una colilla de cigarro y menos si está embebida en pis, pero las fue sacando con la mano y comiendo hasta que no quedó ninguna.

-“Ahora limpialo todo con la lengua hasta que brille”, eso no iba a ocurrir por supuesto, aunque hubiera estado una vida lamiéndolo jamás se limpiaría semejante capa de mugre, pero la idea era que chupara un rato esa inmundicia.

Lo hizo sin ningún problema, es más, de vez en cuando se tocaba la concha, se notaba que estaba caliente, se lo pregunté y dijo “muchísimo, quisiera que me cojan aquí mismo varios machos y me dejen toda rota con sus pijas inmensas”

-“ Vas a tener que esperar, antes tenés que seguir con la limpieza, al inodoro”

Si lo anterior había sido desagradable esto era insoportable, el agua no funcionaba y allí se había acumulado mierda por muchos días, dudó que hacer, le grité “que carajo esperás, de rodillas y a tragar rápido que quiero ver el fondo limpio”

Comenzó con la imposible tarea, metió la cabeza adentro, con la mano agarraba la mierda y la llevaba a su boca, le costaba tragar pero hacía un esfuerzo y lo iba logrando, siguió así bastante rato y ya había bajado la mayor parte de aquella porquería.

Decidí ayudarla, me paré al lado, le dije “mirame y abrí la boca”, empecé a mearla en su boca,
Su sonrisa de agradecimiento fue hermosa, aunque su cara con toda la pintura corrida era un grotesco absurdo.

Decidí que era hora de darle algo de placer, la hice ponerse agarrada de un mingitorio con el culo para afuera y se la metí en la concha de una, lo más fuerte que pude. Estaba totalmente encharcada y acabó ni bien se la puse con un grito que se debe haber oído en todo el barrio.
Igual me pidió que se siga, que quería más, le seguí dándole todo lo que pude, porque en poco tiempo yo también acabé llenándola de leche.

En eso se abrió la puerta y apareció el playero, obviamente había escuchado. Nos miro asombrado y dijo:”¿Se puede saber que están haciendo?”

-“¿Y a vos que te parece? estamos cogiendo, boludo.

Medio se iba a enojar pero no le di tiempo, antes que reaccionará le dije: ¿querés garchartela vos?

Le brillaron los ojos, ordené :”Mierda, hace lo que el señor te ordene”

-“Si amo”

El tipo no entendía nada pero no se hizo rogar, saco una buena chota ya bastante parada y le pidió que se la chupe, Mierda se arrodilló y se la mamó como si su vida fuera en ello, cuando el tipo acabó se trago todo relamiéndose.

Le dije al playero, 5 minutos y nos vamos, “tranquilo, y vuelvan cuando quieran”

Cuando el tipo se fue le dije en joda: “bueno sólo te falta el piso”. La boluda se lo tomó en serio, se arrodilló y empezó a pasar la lengua por ese charco apestoso y a tragar semejante cantidad de pis.

La deje un rato para divertirme y luego la paré, su cara estaba aún más ridícula si eso era posible, una máscara de payaso trágico con todo el rimmel y el labial corridos. Le di un pañuelo de papel para que se la limpie y salimos.

-“Te gustó? pregunté inocentemente.

-“ No te imaginas cuanto, me encantó todo, el olor intenso, el asco, sentirme sucia, que me tomen por puta, que me obliguen a coger con cualquiera, quiero más.”

Estaba claro que se había desatado y realmente no tenía límites, así que sólo quedaba disfrutarla.

-“¿Qué hacés habitualmente los domingos a esta hora?

-“ Voy a misa” y se rió por la comparación

-“¿Estamos a tiempo, son 10 y media?

-“Siii, todavía falta media hora” respondió insegura

-“ Pues vamos entonces, jamás me perdonaría que no cumplas con el rito y quedes en pecado”

Se puso seria, dudaba que hacer o decir, esto parece que si le había llegado. Una cosa era andar por el barrio en horas donde hay poca gente y era difícil que alguien la conociera y otra ir a la iglesia donde iba siempre y encontrarse con sus amigas y con el cura.

No estaba seguro hasta donde iba a seguir, pero por el momento decidí aprovechar su vergüenza para humillarla

-“¿Pero que te pasa, no era que no te importaba nada? Ir a la iglesia así, vestida de puta, recién cogida por dos machos y haber hecho tremenda chanchada te da vergüenza?

-“Discúlpeme amo, pero me cuesta un poco, creí que ya nada me detendría pero imaginarme en esa situación no me causa gracia”

-“ Mirá que bien,¿ y que te pensás que sintió Viviana cuando la amenazaste con traer al pibe?
Para ella eso debe haber sido peor que para vos ir así a la iglesia.

-“Tiene razón amo, hay que tener algún resto de conciencia porque sino se puede ir todo al carajo”

-“A pesar de ser una vieja degenerada, calentona y pelotuda algo entendés todavía, vamos a tu casa”

Cuando llegamos le ordené: Rápido ponete algo decente lávate un poco la cara y a la iglesia”

En dos minutos volvió a parecer una señora normal, para que no se olvidara quien era le puse el consolador doble en la concha y el orto, el estimulador en clítoris y le di el grabador portátil.

-“Anda así a la iglesia y confesate con el cura contándole en detalle y con palabras sucias todo lo que hiciste en estos días, asegurate de hablar lo suficientemente alto para que quede todo grabado.

Me quedé en su casa esperándola, a mi no me gustan las iglesias.

CONTINUARÁ

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *