Dudé como seguir, tenía ganas de darle un duro escarmiento y realmente hacerle daño, en ese momento me imaginé como castigaba y abusaba de su pequeña hija indefensa y quería hacérselo pagar.

Pero me contuve, recordé la frase que la venganza es un plato que debe comerse frio y decidí postergar ese castigo. No obstante algo tenía que hacer, puse una película alemana donde un verdugo primero y una chica después torturaban sin piedad a una esclava medio veterana.

No buscaban causarle placer, sólo la castigaban de distintas maneras sin la menor clemencia. Decidí reproducir lo más fielmente posible lo que mostraba la pantalla, allí la tenían atada a la pared y le pegaban con un látigo de frente y espalda, yo la até al barral del placard y le di con el cinturón, el verdugo le puso agujas de inyecciones en las tetas, yo como no tenía use agujas de coser para el mismo fin.

Así nos entretuvimos casi dos horas, al terminar ya era de tardecita, Mierda quería que me la coja, no lo decía pero lo demostraba, me hice el boludo y cuando acabamos la sesión le dije: “vestite con una mini bien cortita y una blusa, tacos y nada más”

Por supuesto obedeció sin saber para que, le di el casete que habíamos visto, un papelito con la dirección del video y le ordené: “andá acá, devolvé este video y trae un par más, si el dueño te pregunta algo le decís la verdad y si te quiere coger lo dejas, a pelo y por donde quiera.”

Salió sin preguntar nada, iba aprendiendo, buen síntoma. Llamé a Viviana a la casa, le propuse venir a cenar a casa de su mamá y que trajera al nene, podíamos luego dejarlo durmiendo en una habitación alejada y divertirnos nosotros en el dormitorio de Mierda, aceptó entusiasmada. Me acosté un rato para dormir, la noche sería larga y quería tener suficiente energía

Cuando mierda volvió del video club, unas dos horas más tarde, no quedaban dudas que había cogido con el gordo y degenerado dueño del video. ¿Cómo te fue? pregunté sonriendo.

-“ Muy bien mi amo, traje cuatro películas que el señor del negocio me recomendó”

-“ No te hagas la pelotuda y dame los detalles” insistí para humillarla más

-“ Cuando subimos al entrepiso él lo hizo detrás mío y miró descaradamente mi entrepierna…”

Iba a seguir con la historia pero la interrumpí tomándola del pelo y dándole un par de buenas cachetadas, “mirá pelotuda, o nombrás las cosas por su nombre o esta noche vas a quedar para ir al hospital de las piñas que te voy a dar”

-“Perdón amo, subimos y me miró la concha y el orto, una vez arriba haciéndose el profesional me preguntó que rubro me gustaba, contesté que el sado como el film que devolvía y agregué que lo habíamos interpretado además de verlo”

-“Me imagino la cara del gordo” dije cagándome de risa

-“Si, se sorprendió bastante y ahí nomás me dijo que si me cogía podía llevar todas las películas que quisiera el tiempo que sea, por supuesto acepté siguiendo sus ordenes”

-“ Sólo porque yo te lo ordené?

-“ No, en realidad yo también tenía ganas, estar vestida de puta, sin ropa interior y rodeada por todos esos video con carátulas explícitas me había motivado mucho”

-“ Muy bien, así se hace, ¿y cómo te cogió?

-“ La sacó del pantalón y me la hizo chupar un rato, cuando estuvo bien dura me abrió la blusa para morderme las tetas, me subió la mini hasta la cintura y allí mismo, en el piso me la metió de una. Como yo estaba muy mojada entró refácil, bombeó un rato y preguntó si podía dármela por el culo, le conteste que todos mis agujeros estaban a su disposición, levantó mis piernas y me la metió por el orto hasta que acabamos”.

-“ Bastante aburrido, la próxima quiero que seas más guarra, no se, que salgas en bolas a atender el negocio, que le pidas que te castigue un poco, metete algún objeto, coger solamente no es aceptable”

-“Está claro amo, así se hará” contestó entusiasmada, era hermoso ver lo rápido que se emputecía.

-“ Bueno, date una ducha, prepará la mesa para cuatro y conseguí algo de comida. Esta noche vienen a cenar tu hija y tu nieto”

Se sorprendió pero no dijo nada y se puso a hacer lo que le mandé, yo seguí durmiendo un rato en su cama.

Me levanté cuando escuché el timbre de la puerta, Mierda les abrió la puerta a los invitados, ya tenía la mesa preparada, les dijo:”que bueno que vinieron a visitar a la abuela, en un ratito llega la comida”, mire con complicidad a Viviana quien afirmó: “por nada, seguro que nos divertiremos mucho”

Durante la cena, cuando no miraba el nene, le metía mano a cualquiera de las dos, tocando sus conchas o pellizcando los pezones para ir entrando en calor. Al terminar Viviana rápidamente se ocupó de acostarlo en una cama en la otra punta del pasillo , a los pocos minutos regresó alegre,: “ya se durmió”

Fuimos al dormitorio de Mierda y nos dispusimos para disfrutar la noche, llevamos tres vasos, hielo y una botella de whisky para ir entrando en calor, puse una película de una orgía donde un montón de machos pijudos abusaban brutalmente de dos chiquilinas, realmente las trataban como si fueran un pedazo de carne.

Estábamos tomando un trago cuando comencé mi plan diciendo: “¿sabés Viviana de lo que me enteré?, cuando eras niña tu madre no solo te pegaba sino que también te tocaba para excitarse ella y su amiga lesbiana”

Mierda no esperaba que contara esto y se quedo petrificada, Viviana demoró unos segundos en comprender mis palabras, cuando reaccionó preguntó: ¿Es cierto lo que dice Ernesto?”

-“ Siii, yo este… , resulta que estaba sin sexo y me di cuenta que me gustaba pero no quería hacerte daño, sólo disfrutar un poco con ..”

No pudo terminar su relato, Viviana la agarró de los pelos, la tiró al piso y la empezó a patear con toda su furia sin cuidar donde caían sus golpes.

La paré y le ordené: “quieta, ya habrá tiempo para eso, por ahora descansá un poco y disfrutemos”, con muy pocas ganas pero obedeció, en realidad quería tensar un poco más la cuerda, así que ordené “Mierda, quiero que castigues a Viviana exactamente igual que lo hacías cuando era niña”

Me miró con ojos suplicantes porque sabía lo que eso podía generar, pero no se atrevió a decir nada, tomó a Viviana de la mano, se sentó, la puso sobre su regazo y procedió como lo había hecho conmigo, En este caso le sacó la pollera y la bombacha, alternaba las nalgadas con toqueteos en su concha y su culo.

Deje un rato que afloraran los recuerdos de Vivi y cuando me pareció suficiente paré el acto.

-“ Bueno, espero que haya sido agradable rememorar momentos de la niñez, todo sea por mejorar la relaciones familiares” comenté con sorna.

Esperaba una reacción de Viviana al menos tan violenta como la anterior, pero para mi sorpresa se quedó quieta, estaba como ensimismada, al rato dijo: Bueno, vamos a coger que para eso vinimos, ¿no?”

Ahora el sorprendido era yo, le pregunté “¿no le vas a dar un terrible escarmiento por lo que te hizo?

-“Aunque no lo creas me gustó, recordé de golpe la historia completa, es cierto, con los castigos siempre había toqueteos que me calentaban muchísimo, después me encerraba en el baño y yo misma me daba placer con unas terribles pajas hasta quedar exhausta”

Intervino Mierda: “ ¿Te acordás que siempre en el baño había cepillos, frasquitos u otros objetos apropiados para masturbarte?¿Quién crees que los ponía y para qué?

Bueno, no se había cumplido mi expectativa, yo esperaba que Viviana descargara toda su furia contra su madre y resultó que le había gustado y estaba contenta con haber revivido esos sentimientos.

Con las masocas nunca se sabe, a veces salen para el lado que uno menos se imagina.

Pero la última intervención de Mierda me sirvió para volver a encender el fuego y ponerle algo de pimienta a la noche, con voz enojada grité “¿pero podés ser tan pelotuda? te dijimos mil veces que no podés hablar si no se te pregunta, pero no, la Mierda se cree que es una persona y puede hablar cuando se le canta el orto !!”

“Desnudate por completo” ordené, Mierda aun tenía un vestidito normal que se había puesto para recibir a su nieto.” Ponete el corpiño y la bombacha que te regalé” mostró pánico en su rostro pero igual obedeció de inmediato.

Cuando Viviana vio como eran las prendas mencionadas, con todas su púas aún manchadas de sangre se entusiasmó: “ así que esto le regalaste a la vieja, me voy a poner celosa” bromeó

-“Vos también lo vas a usar, no te preocupes. ¿No te gustaría ser vos ahora quien le de la paliza a ella? Mira también compré un par de reglas como las que ella usaba”

La sonrisa maligna de Viviana era hermosa, si bien el hecho que su madre la castigara con fines sexuales no era tan grave para ella, igual le guardaba rencor, competía por mis atenciones y además le daba un sádico placer actuar como ama.

La agarró de los pelos, la acostó sobre la cama culo para arriba, le dio terribles reglazos en espalda, culo y muslos, siempre con la bombacha puesta para que las chinches perforaran su concha. Cuando estuvo al rojo vivo la dio vuelta y repitió la operación de frente.

En este caso los golpes eran mucho más efectivos porque cuando caían sobre sus tetas o su concha (lo que ocurría la mayoría de las veces) hacía que se clavaran las chinches en los pezones y en clítoris, Mierda no paraba de llorar.

Mientras yo había desnudado a Viviana y me entretenía metiéndole los dedos y jugando con sus pezones para excitarla más, sabía que eso hacía que sus golpes fueran más intensos.
El castigo duró bastante y Viviana no se detuvo hasta que el cuerpo de su madre quedara totalmente rojo, mostrando las marcas de los reglazos. Viviana estaba agotada y transpirada como si hubiera corrido una maratón.

Por supuesto eso no me impidió usarla para mi placer, la tiré arriba de su madre para que con nuestro peso se le clavaran más los pinchos y la cogí por la concha violentamente, ambos gozamos como cerdos.

Cuando me separé le ordené: “pero pobre tu madre no gozó nada, ponele tu concha en la boca para que la limpie y pueda disfrutar mi leche”. Por supuesto no se hizo rogar y se sentó en la cara de Mierda quien chupó con ansias mi semen, los fluidos de Viviana y toda su transpiración, al terminar dijo: “muchas gracias amo”.

Contesté: “esta es la primera vez que hablás sin permiso para no decir boludeces, me gustó, a partir de ahora cada vez que alguien te coja, te pegue o te humille deberás agradecer y mejor que no lo olvides”

-“Gracias amo” fue su escueta respuesta.

CONTINUARÁ

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