ROSA. LA CACHONDA INVISIBLE.(3)

Recomiendo leer las dos anteriores entregas de la serie para una mejor comprensión del texto.

Nuestra bella protagonista estuvo mirando a su vecino desde un rincón de la habitación, este se desnudaba para ir a la ducha y ella no podía dejar de admirar su joven cuerpo de 19 años, sus fuertes piernas, su pecho fuerte totalmente afeitado y su liso vientre, sus ojos no dejaban de admirar su miembro ahora fláccido, aquel chico la gustaba mucho pero ella no quería atarse a nadie, le vio caminar hacia el baño e instantes después escucho el sonido de la ducha, ella se movió hacia la cocina, estaba hambrienta después de tantas corridas.

Una vez allí cogió unas peras y un plátano y se los comió mientras él se duchaba, le oyó secarse y al rato vino a la cocina para calentarse algo de comer, Edu solo llevaba puesto un fino pantalón de pijama de verano, calentó un plato de espaguetis en el microondas y se sentó a comérselos, ella le miraba con cierta envidia desde un rincón y decidió acercarse a el, colocándose a su espalda y a menos de un palmo se quedo mirándolo conteniéndose de acariciarle el pelo ó de tocarle, decidió sentarse en una silla al lado suyo y mirarle mientras comía.

Diez minutos después, ambos fueron a la habitación y Edu se tumbó en la cama deponiéndose a echar una siesta, pues madrugaba mucho y esa era su costumbre para recuperarse antes de la sesión de entrenamiento de las tardes, Rosa le observaba sentada en la silla del ordenador mientras se calentaba, sus dedos empezaron a aventurarse entre sus piernas acariciándose el pubis y la parte alta de sus muslos, había tomado una decisión se lo follaría mientras dormía, sería cuestión de ponerse a punto mientras tanto y no quería perder tiempo, sus pezones erectos reclamaron una caricia urgente, se notaba las tetas calientes y además sentía su erecto clítoris salir de su capuchón, sus manos volaron acariciantes sobre los puntos que requerían su atención, se mojó los dedos con su propio flujo y siguió mirando al joven que se dormía a un metro de ella.

Mientras el conciliaba el sueño, ella recostó la cabeza en el respaldo acolchado de la silla y se dejo llevar por las caricias, envuelta en sensaciones placenteras sus dedos se movían vertiginosamente introduciéndose en su chochete y amasando sus pechos, su lengua relamía lentamente sus labios turgentes y de su bonita boca salían suspiros apenas contenidos, el vaivén de los dedos en su interior la llevaba el clímax y sus músculos se tensaban, incorporándose se quedó de pie apoyada en la mesa y dejo de sobarse los pechos para llevarse la mano libre a la boca, se mojo dos dedos con su saliva y bajando la mano los dirigió a su ano, empujo sus húmedos dedos contra el y consiguió introducírselos fácilmente dada la gran cantidad de flujo que empapaba la zona, no había parado de meterse los dedos de la otra mano y ahora sintiéndose doblemente penetrada bastaron unos pocos segundos para alcanzar su corrida, ella gemía quedamente mordiéndose los labios para no despertar al chico, arqueándose por el placer se estremecía de pies a cabeza durante casi un minuto, cayendo de rodillas cuando sus piernas temblorosas se negaron a sostenerla.

Se quedo quieta unos instantes mientras se reponía del gustazo que ella misma se había proporcionado, miró a Edu profundamente dormido y por su calenturienta mente de hembra en celo solo pasó un pensamiento “tíratelo” Rosa exclamó en voz baja:

– Ya eres mío chaval, si supieras cuanto tiempo hace que te tenía ganas.

Rosa gateó hacia la cama, se situó sobre la cintura del joven y le desabrochó el pantalón abriéndolo, miró su semierecto miembro lo admiro unos instantes, con la mano derecha se acariciaba el clítoris mezclando pellizquitos con caricias en él, entretanto usaba la mano izquierda para pellizcarse los pezones y notaba como su cuerpo aun no del todo relajado se volvía a calentar, echo el aliento sobre el miembro y sonrió al verlo reaccionar dando un pequeño brinco y aumentando un poco mas de tamaño, ella no dudó mas y se agacho rodeando con sus labios el miembro, dentro de su húmeda y caliente boca el miembro se puso totalmente erecto gracias a su juguetona lengua que le daba pequeños toques.

La mujer ansiosa que había en Rosa, no dejaba de acariciarse al mismo tiempo que moviendo su cabeza chupaba lentamente el miembro de Edu, sus húmedos labios recorrían toda la superficie del erecto mástil alojado en su boca, la lengua hurgaba por debajo del frenillo provocando en el muchacho estremecimientos de placer, ella no podía parar de tocarse mientras lo mamaba, las sensaciones que experimentaba la calentaban muchísimo pero no quería correrse aun, oyó gemir de gusto a su víctima y supo que no tardaría mucho en correrse su miembro estaba durísimo y caliente, sus huevos apretados también estaban duros y una película de saliva los envolvía, siguió chupando y mojando el miembro todo lo que podía sin dejar de mover la cabeza sobre él, hasta que lo tuvo a su gusto y decidió montarlo.

Subió a la cama y arrodillándose a horcajadas sobre el muchacho, coloco el miembro a la entrada de su empapado y ansioso chochete, fue dejándose caer sobre el mismo empalándose lentamente, disfrutando como cada centímetro de polla la entraba hasta que notó que hacia tope en la entrada de su vagina y sintió los huevos en su pelvis mientras mecía y contorneaba sus caderas, sabía que la mezcla de su saliva y el flujo que de ella emanaba lubricaban toda la zona vaginal, se dejo llevar por la calentura acumulada y la pasión frenética que la dominaba, empezando a moverse arriba y abajo sobre el miembro aumentando gradualmente el ritmo, sentía finalmente el miembro caliente y duro en su interior aquel polvo la encantaba llevaba tiempo deseando a Edu y por fin se lo estaba follando, botando sobre el cuerpo del joven y acariciándose los pechos la sorprendió la rapidez en que la llegó la corrida, fue larga e intensa se estremeció de placer y cayó sobre el cuerpo del muchacho gimoteando y temblando.

Abrazada al muchacho y contorneando sus caderas, sentía el miembro dentro de ella duro, caliente y ansioso palpitando en su interior, moviéndose arriba y abajo intentando acoplarse al movimiento de sus caderas, ella miró a Edu y vio que tenía los ojos entreabiertos, ella supo que le había despertado al caer sobre su cuerpo y gemir en su oreja mientras se corría, además del peso debería ser tonto para no notar las tetas contra su pecho por no mencionar su coñito estrujándole el nabo, Rosa hizo lo primero que se la pasó por la cabeza y cogiendo la camiseta del pijama que asomaba por debajo de la almohada, se la tiró e Edu por encima de la cabeza sin dejar de moverse sobre el miembro del chico.

– ¿Qué pasa? Exclamo Edu, con voz de dormido mientras intentaba moverse.

Sentía placer ¡mucho placer! Pero estaba desorientado, notaba peso sobre él y la sensación que sentía era de estar follando pero…algo no encajaba. Rosa se inclino hacia su cabeza y le dijo:

– Quédate quieto y follame cielo, si te destapas la cabeza, me iré y te quedaras a medias ¡no seas tonto y disfruta!

Desde luego el muchacho no era tonto, se limitó a no protestar y deslizar sus manos por el cuerpo que le cabalgaba, desde luego era una mujer y ¡vaya mujer! pensó mientras palpaba las caderas e iba subiendo hasta los duros pechos de Rosa, la cual no cesaba de moverse clavando y sacando de su vagina aquel duro miembro, ahora ya no se cortaba de gemir y gozar en voz alta disfrutando ahora sin tonterías del muchacho, además veía las manos sobre sus pechos o al menos donde deberían estar sus tetas, era una sensación extraña y morbosa, veía las manos acariciando el aire pero ella las sentía en sus tetas incluso le vio y sintió como le tironeaba de los pezones.

La situación para Edu era extraña pero muy satisfactoria, sentía lo que debería sentir un ciego follando, sentía a la mujer y de echo ella jadeaba de gusto junto a su oído, sus manos acariciaban unos pechos duros y firmes, con gruesos pezones y muy sensibles por lo que notaba mientras los tironeaba y pellizcaba con sus dedos, sentía el calor de la mujer y olía su fragancia de hembra, el calor de su cuerpo y el olor a sexo que flotaba en el ambiente, por ultimo sentía su coñito alrededor de su polla, las paredes de su vagina rodeándole el miembro comprimiéndolo gozosamente al entrar y salir de su empapada amante, escuchaba claramente un sonido de chapoteo, el placer que sentía era tremendo y supo que aunque no quería terminar tan pronto el orgasmo no tardaría en llegar.

Rosa no se contuvo no podía sentir más placer, aumento sus jadeos y se corrió sobre la herramienta que la penetraba, se estremeció y tembló mientras lo hacía y empapaba con su corrida a su amante, Edu supo que se había corrido y al notar que se relajaba sobre él, bajó las manos y cogiéndola de los cachetes del culo la folló sin contemplaciones, haciéndola rebotar contra su pelvis dándola caderazos e insertándola el pene en cortas y rápidas arremetidas, sintiéndose disfrutar como nunca y tras estar así unos minutos, sintió como su leche subiéndole veloz por sus genitales le hacía tensarse jadeando para finalmente eyacular en fuertes y largas descargas dentro de aquel desconocido pero acogedor coñito.

Rosa no acababa de relajarse cuando le noto hacer aquello, cogerla del culo y joderla a conciencia, el placer volvió rápidamente a subir por su cuerpo y cuando le sintió derramarse en su interior, sintiendo su caliente esperma dentro de ella tuvo otro orgasmo, era pequeño en comparación con el ultimo pero la dejo igualmente satisfecha, se quedo abrazada al muchacho respirando ambos agitadamente. Mientras se relajaban después de aquel polvazo, el intentó quitarse de la cara la camiseta para respirar mejor y ver a su pareja, ella le contuvo y le dijo:

– Edu no seas tonto, no te la quites.

– Pero ¿Por qué, no te ha gustado?

– Más de lo tú crees nene, pero esas eran las condiciones y las aceptaste.

– Ya lo sé pero… me has gustado y quiero saber quién eres.

– Mira Edu, a mí también me ha gustado y te prometo que lo repetiremos si quieres, pero ahora debo irme.

– ¿no me dirás quien eres, como sabré…?

– Lo sabrás cielo tu tranquilo que repetirás, te lo prometo pero ahora debo irme, voy a bajarme de tu cama y me iré, no te quites la camiseta de la cara en un par de minutos ¿vale? Tendrás que respetar el no saber quien soy si quieres repetir.

– Vale, si tiene que ser así lo entiendo ¿entonces hasta la próxima?

– Eso es nene hasta mañ.. ¡hasta la próxima!

Rosa se incorporo, durante la conversación el miembro había salido fláccido de su chochito y un hilillo de semen resbaló de su coñito, ella se levanto de la cama y se quedo mirando a Edu durante unos instantes, se dio la vuelta y fue hacia la salida de la habitación y saliendo de la casa cerró la puerta y recogió la llave que había dejado bajo el felpudo, abrió la puerta de su propia casa que como recordareis estaba enfrente y entró en ella cerrando tras ella, entonces se dio cuenta del chorretón de semen que saliendo de su coñito bajaba deslizándose por su muslo hasta casi su rodilla.

Edu había hecho trampa y al levantarse ella apartó un lado de la camiseta que le cubría y destapó uno de los ojos, esperaba ver a alguna conocida o ex novia o… pero no vio nada… bueno casi nada, juraría haber visto un chorretón de semen flotando muy cerca de la puerta y alejándose.

(CONTINUARA)

En el siguiente episodio, Rosa saldrá a dar una vuelta por la ciudad y… ¿Qué queréis que encuentre? Dejadme vuestras sugerencias en la sección Comentarios al final de esta página, gracias y sed felices.

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javiet201010@gmail.com

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