Ese saludo, con sonrisa burlona, provocador solo podía ser para una persona… para Mili… dudo que quisiera sacar de quicio a Guille… yo de mi posición, y sin poder moverme, no podía ver mucho, solo el cielo claro del amanecer…

– ¿Por qué hiciste eso?… pregunte.– Se lo merecía… dijo fríamente.

Si era la Mili ofuscada que me lanzo cosas, entraría dentro de poco a sacarla a patadas de mi habitación y de mi vida, hasta podría castrarme… pero recordé también que Mili huyo cuando me quise amistar con ella el día anterior… era un enigma lo que Mili pudiera hacer…

Mientras yo me lamentaba mentalmente, Vane se paraba, mi verga ya estaba flácida por pensar que la mujer que quería me vio con otra en pleno acto sexual, que yo apure para librarme de Vane pero que Mili podía entender que era porque yo también quería… y Vane tranquila se limpiaba su intimidad sin mayores problemas.

Estaba con la vagina y el ano satisfecho, se había salido con su gusto y los demás no importaban… yo aún forcejeaba con las amarras y ella me miraba compadecida, sabía que si me soltaba iba tras Mili o la sacaba a empellones a ella de la cabaña para que le explique a Mili.

Obviamente no me desato, solo atino a taparme el rostro con un polo mío… venganza completa, para que no vea… luego solo escuche sus pasos de salida y la puerta cerrada… esta bruja perversa… maldecía yo. Esa loca había llevado las cosas muy lejos.

Yo me creía listo por haber urdido un plan para engañarla, pero ella urdió otro plan mayor… lo mío fue una treta a la que me vi obligado para anularla, protegerme a mí y a Mili… pero lo de Vane era un juego de venganza y revancha hacia nosotros… incluyendo a Guille… pobre diablo enamorado…

Le di mil vueltas en mi cabeza, pensé en explicaciones o formas de recuperar nuevamente a Mili… estar así atado era una tortura que planifico bien Vane… quizás lo pensó mientras regresaba a su casa con Guille después que el la desvirgo y la traumo, bueno, más de lo que estaba…

No sé si estuve así minutos u horas, se me hizo eterno, mi cabeza era un desvarió por el dolor de cabeza, exhausto, por momentos dormitaba pensando que era una pesadilla… pero me volvió a la realidad el ruido de la puerta…

– ¿Qué te paso?…

Era la voz atónita y casi burlona de Guille, al encontrarme desnudo y amarrado… no quise responderle, inmediatamente me quito el polo de los ojos y cubrió mi entrepierna… luego empezó a desatarme…

– Pensé que había visto de todo… pero Uds. Son extremistas para estas cosas… bromeo Guille.

Evidentemente creía que Mili me había hecho eso. No le quise responder, hasta que me desatara por completo. El pobre e ingenuo Guille no se atrevía a pensar que fuera Vane y yo tampoco quería romperle el corazón a mi amigo, primero debía encontrar a Mili.

– Bueno ya sabes, se nos da por experimentar… dije disimulando mi vergüenza.

No todos los días te encuentra tu amigo en el cuarto de al lado, amarrado a la cama y desnudo, con la vista cubierta por un polo, con tus genitales empapados en líquidos propios y de una fémina.

– ¿Sabes dónde está Vane?… me pregunto Guille curioso.

– Ahhh… no se… no deberías saber tu… respondí tragando saliva.

– Qué raro… desperté y no estaba… me dijo.

– Seguro salió a tomar desayuno… dije para distraerlo.

Luego me disculpe, lo deje y salí en busca de Mili a su cabaña. No importaba si el militar me rompía la cabeza con la botella que compartimos ayer. Toque la puerta y me recibió amablemente mi hasta ahora suegra… parecía que Mili no conto nada… pregunte por ella y su respuesta me helo la sangre…

– Salió a trotar hace un rato… con esa amiga suya… Vane creo… me dijo.

– ¿Sabe por dónde?… pregunte apurado.

– Creo que por la orilla del rio… por donde estuvieron ayer…

¿Qué diablos se traía entre manos esta bruja?… ¿engatuso a Mili también?… ¿le contaría su versión de las cosas en pleno camino?… ¿la llevaría a donde Guille se la follo ayer?… ¿la metería al rio para ahogar a Mili?… todas esas dudas me asaltaban mientras salía corriendo a ubicar a ambas.

Salí presuroso en busca de Vane y Mili, al menos tenía la certeza que Mili no confiaba en Vane, que no le creería fácilmente… no después de que me presente ante sus padres como su enamorado, y que fraternice con su viejo hasta tarde… no creo que Mili piense que soy tan hipócrita de ganarme a su familia para perderla por el culo de Vane…

Seguí el camino del día anterior… mucho antes del desvío por donde Mili se estampo con el árbol (y yo la estampe por el ano), había otro desvío y este si parecía que ofrecía acceso directo al rio y sin peligro. Al parecer por ahí, el día anterior Vane y Guille llegaron a la rivera.

Atravesé los árboles y llegue a la orilla… a lo lejos vi la silueta de esas dos féminas en competencia, pero lucían tranquilas, ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que le conto Vane? ¿Ya lo habría asimilado Mili?… Me acerque rápidamente… note como convenientemente Vane huía… maldita zorra…

Cuando estuve cerca dude… vi a Mili mirando el rio pensativa… Mierd… no otra vez… me dije, tanto me había costado recuperarla y ahora debía nuevamente luchar por ella… antes había sido solo un rumor de Javier, ahora ella lo habría visto en vivo desde la ventana de mi cuarto, era peor…

Si bien podía argumentar que estaba atado, desde la ventana y con el leve brillo del sol y quizás Mili ni lo noto… aparte se notaba que apure mis movimientos para hacer llegar a Vane y eyacular… pero como a pesar de todo eso… Mili había aceptado salir con Vane… para oír su versión o solo por masoquismo…

Mili estaba nuevamente con ropa de baño, esta vez de una pieza (a lo baywatch), seguro no quería mostrar sus atributos naturales para que Vane no la odie más. A un lado veía su toalla y ropa deportiva… y las huellas de la bruja de Vane.

De pronto Mili se dio cuenta que la observaban y volteo a verme temerosa:

– ¿Cómo me encontraste?… pregunto sorprendida.

Luego se paró, como no le respondía me observo atónita como si fuera un fantasma y después se acercó… me prepare para la bofetada y los reclamos…

– ¿Qué paso amor?… estas pálido… dijo abrazándome.

Pero ¿Cómo?… no estaba molesta conmigo… ¿qué había pasado?… no le creyó a Vane o solo esperaba que su viejo vengara su honra… quizás Vane fue por el militar…

– ¿Qué hacías con Vane?… pregunte apartándola y mirándole a los ojos.

– Ah… esa loca vino a mi cabaña a pedirme salir a correr, que me mostraría el rio…

– Pero si se odian… ¿Por qué aceptaste?… pregunte extrañado.

– No se… parecía arrepentida… Ella sale con Guille… así que no quise seguir la pelea… me explico.

– ¿Estás bien amor?… pregunto volviendo a abrazarme.

La perr… esa no le dijo nada, quizás esperaba estar más en confianza con Mili en el rio… por otro lado, si Mili estaba tranquila es porque no me vio en la mañana en la ventana de mi cuarto… ¿a quien saludaba Vane con esa sonrisa de revancha?…

Era seguro que no eran ni Guille ni Mili los que fisgonearon por mi ventana mientras atoraba el ano de Vane… menos podían ser los viejos de Mili sino me hubieran esperado en la cabaña para emboscarme y apalearme… tal vez ¿sería otra vez Javier tomándonos fotos?…

O simplemente era que Vane no vio a nadie por la ventana… que me quiso hacer creer que había alguien ahí, para dejarme con la duda de quién sería… me cubrió la vista y me dejo amarrado para que yo solo me torture pensando que era Mili y todo lo que pasaría… esa fue su cruel venganza…

Esa bruja estaba segura que no le contaría a Guille porque era mi amigo y no quería lastimarlo, que no le contaría a Mili que era mi enamorada que ya había dudado de mi… estaba cerrando el círculo alrededor mío, dejándome sin aliados… jugando al gato y al ratón… ¿Qué más tramaría?…

Al inicio de todo esto, pensé que mi peor enemigo era Javier… no contaba con la maquiavélica Vane…

– ¿Te sientes bien?… insistió Mili viéndome pasmado.

– ¿Mili estas bien conmigo?… repregunte yo.

– Claro… yo te amo, tú me amas… mi mama te adora y mi papa te acepta… es lo que siempre quise… dijo sonriendo enamorada.

Mierd… en teoría todo perfecto… excepto por Vane… ¿Cómo se lo diría para no matar el momento?…

– Y a ti ¿Qué te pasa?… me insistió.

– Es solo… solo… que tuve… tuve una pesadilla… explique excusándome.

– Pobrecito… también después de todo lo que tomaste con mi papa… dijo en tierno reproche.

– No quiero perderte… le dije abrazándola.

– Eso no va pasar… ¿estas temblando?…

Me sentía afiebrado… no sé si por el estrés de la situación que causo Vane o porque esa bruja me había dejado desnudo en la cama, en el frio amanecer…

– Ven… regresemos… me dijo preocupada, alejándose a tomar sus cosas.

– No, solo abrázame un rato… le respondí tomándola del brazo y acercándola de nuevo.

Quería sentir el calor de su cuerpo… el latido de su corazón con el mío… conservar ese momento en que era mía… alejados de todo y de todos… de Javier, de sus viejos, de Guille y Vane…

La abrace por la cintura, me incline y ella entendió, se empino un poco en busca de mis labios… tras unos cálidos y amorosos besos, la sangre me hervía nuevamente…

– Te necesito ahora… le dije.

– ¿estás loco?… es de día… alguien puede venir y vernos… mis padres… se excusó.

– Vamos, ahora… le insistí.

– Quizás al anochecer Dany… se resistía mientras la besaba.

Para evitar mayores negativas… solo me quedaba apuntar a su punto débil… un beso en el cuello que la desarmo parcialmente… debía reforzar mi estrategia, contratacar… mis manos bajaron de su cintura y comenzaron a acariciar sus nalgas mientras continuaba besándola y por ratos iba a su cuello…

– Ay Diosss… eres terribleee… no se puede contigo… me decía cediendo.

Mis manos seguían estrujando sus gordas nalgas, ella que antes me abrazaba sosteniéndome, ahora parecía depender de mí para seguir en pie, completamente entregada, tenía sus piernas y su espíritu flaqueando por la excitación. La fui recostando sobre la arena,

– No Danny… nos van a ver… me decía con lo poco de cordura que le quedaba.

Pero yo no iba a ceder, no la quería cabalgar salvajemente como en otras ocasiones, solo quería hacerle el amor. Sentirla mía… antes que nuevamente el karma o el destino disfrazado de Javier o Vane me quiten esa paz que ahora tenía con Mili.

– Amorrr… basta yaaa… uyyy… exclamaba satisfecha de las caricias que le daba.

La tenia recostada sobre su toalla, yo encima de ella besándola en los labios y bajando a su cuello… ella, sin pedírselo, fue abriendo instintivamente sus piernas, para que yo me ubique entre ellas. Toda su piel se erizo, sus pezones endurecieron marcando mi pecho que tenía apresado sus senos.

– Danny… ¿qué me haces?… pregunto, Mili estaba en las nubes.

– Te hago el amor… respondí sin dejar de besarla.

Esa respuesta fue el último estimulo que necesito para entregarse sin condiciones, la hija del militar se rindió ante mí, el hombre que la amaba, que quería poseerla con ternura y pasión, no solo por sexo…

– Uhmmm… soy tuya amorrr… respondió sometida.

Solo tuve que aflojar y bajarme un poco la bermuda, para liberar un poco mi verga… ella no iba a esperar a que le quite la ropa de baño conservadora de una pieza que tenía… solo debía hacer a un lado el borde inferior de su ropa, liberando su pubis, su húmeda vagina.

– Hazlo amorrr… hazlooo… ohhh… me pedía ansiosa.

No tuve que decir más, mi tiesa verga se deslizo en su interior… ella de solo recibirla se estremeció. Era fantástico, su entrega, sus besos, sonrisas, ojos brillosos… era sin duda, diferente… hacíamos el amor…

– Ohhh… uhmmm…. Ahhh… gemía excitada en mi oído.

Mientras yo la penetraba pausada y armónicamente, disfrutando su piel, su interior, su cuerpo… sus senos eran un incentivo al sentirlos subir y bajar por sus jadeantes respiraciones… si me deleitaba acariciando sus nalgas y su rostro, porque debía excluir sus redondos senos…

– Uhmmm… ¿Qué haces?… ohhh…. Preguntaba excitada, seguro no quería que me distraiga.

Baje una de las tiras de su ropa de baño, a través de sus hombros hasta liberar uno de sus senos, me dedique a acariciarlo mientras ella se estremecía… lo tomaba con toda la palma de mi mano, luego mis dedos jugaban con su pezón… hasta que me di tiempos de bajar mis labios y succionarle el seno…

– Ayyy… Dios… nooo… dijo llegando al cielo.

Fue un refrescante orgasmo a la orilla del rio, su cuerpo tembló de placer, respirada ahogadamente y me abrazaba con fuerza, de cuando en cuando me daba besos agradecidos. Yo no había llegado aún, con todo lo que me exprimió ayer Mili y hace unas horas la loca de Vane, sería difícil para mí llegar…

Tampoco me importaba no haber llegado al orgasmo, no haber eyaculado, total había hecho feliz a Mili, ver su entrega y reacciones era un espectáculo maravilloso para mi… me sentía por ese lado satisfecho… pero ella no pensaba igual…

– Uyyy… ¿qué paso?… ¿te falto mucho?… pregunto al notar que no vote nada.

– No… no importa… le dije.

– No mi amor… no te puedo dejar así… me dijo comedida y avergonzada

Mili quería satisfacer a su hombre, solo que su vagina estaba aún muy sensible tras su orgasmo… pero muy diligentemente me ofreció su ano para que lo disfrute y llegue yo también… como no amar a esa mujer que me ofrecía todo para complacerme…

– Ven acá…. sé que te gusta darme por atrás… dijo alejándome un poco.

Bueno no solo a mí me gustaba darle por el culo viendo sus gordas nalgas rebotar y tomando su estrecha cintura… a ella también le fascinaba eso… al final, ella no solo lo hacía por mí, Mili también ganaba cuando la sometiera…

– ¿Me quieres así?… ¿en cuatro?… me dijo ofreciéndose ansiosa.

Mientras Mili se ponía de rodillas, con los codos en la toalla, empinaba el trasero, casi retrocediendo para animarme a incrustarle mi verga por el ano. Yo aun gratamente pasmado por su entrega, no reaccionaba, solo atinaba a contemplar maravillado su gran culo en medio de la naturaleza, con el rio a un lado y con los arboles al otro lado.

– Vamosss… ¿qué esperas?… me apuraba ella, meneando el rabo.

No podía hacerla esperar más, tampoco quería abusar de mi suerte y que alguien más viniera al rio. Mi verga seguía aun tiesa, mi ánimo cariñoso del primer encuentro se tornó en instinto carnal salvaje, esa mujer me despertaba ambas sensaciones… podía ser mi amor y mi puta…

– Ouuu… que desesperado… ouuu… se quejó ella.

No era para menos, ante sus apuros y reclamos, no le di tiempo de acomodarse más, simplemente me la clave con fuerza, como para que sepa quien mandaba y que no me apurase… ella ya había tenido su orgasmo, ahora me tocaba a mi…

– No… no tan fuerte… ohhh… se quejaba ella.

Mientras yo embelesado con su gran culo, sus redondas nalgas temblando, quería borrar la imagen de Vane saltando sobre mi verga… mierd… ¿por qué justo ahora tenía que recordar a esa zorra?… y empecé a meter y sacar mi verga a un ritmo despiadado para exorcizar el recuerdo de Vane…

– No… no… me estas partiendo… ahhh… casi chillaba.

No me daba cuenta que estaba castigándole el ano cruelmente, Mili no tenía la culpa de mis enredos, de mi forma de enganchar a Guille con Vane para evitar su venganza, y de que esta última se haya cobrado revancha conmigo…

– Basta… amor… bastaaa… casi chillaba.

– Lo siento… amor… dije volviendo en mi.

Lejos de estar molesta como en otras ocasiones cuando me la clave salvajemente, esta vez Mili lucia mas comprensiva… quizás por el enredo mental que noto que tenia, quizás porque ahora si eramos pareja… lo cierto es que lejos de recriminarme, ella aun de rodillas se incorporó un poco… pensé que mi festín había terminado… pero aún seguía con mi verga atándola por el ano y remangándose con su acción.

Giro levemente… me jalo como para decirme algo… yo aturdido y algo avergonzado no atinaba a decir nada, solo me dejaba llevar por ella… solo que no me dijo nada, solo me dio un cálido y jugoso beso que hasta me hizo soltar una gotita de leche en su ano…luego se alejó y sonrió al sentir ese efecto, me dijo:

– Déjame que yo lo haga…

Luego volvió a su sumisa posición en 4 patas, empinando su delicioso trasero y ella misma fue insertándose mi verga, armónicamente haciendo rebotar sus gordas nalgas contra mi ingle, tomaba ritmo y lo hacía cada vez con mayor rapidez propia de su creciente excitación…

– Ohhh siii… que rica verga tienes… exclamo lujuriosa Mili.

Por segunda vez en pocas horas, me sentía como un consolador andante, como si fuera un árbol a la que una perra o gata se arrima para quitarse una picazón… solo que esta vez era una picazón anal… hasta el momento me había deleitado viendo sus rechonchas nalgas rebotar, sintiendo esa cálida frotación en mi verga… me sentía cerca al clímax… pero quería que fuera a mi modo…

– Ayyyy…. Si mi amorrr… asiii… ohhh… festejo Mili.

La había tomado nuevamente por la cintura, tomando el control de su enorme culo… le excitaba sentirse controlada, sometida… volteó a verme con expresión satisfecha y lujuriosa… pero yo no le había dado permiso… en mi calentura la tome del cabello y empecé cabalgarla torciéndole la espalda…

– Ohhh… uhmmm… ufff… vocifero Mili desahogando su segundo orgasmo.

No pude contenerme en esa posición, los gemidos de Mili y la manera en que se retorció de placer me hizo perder la compostura y desahogue toda mi leche esta vez en el agujero indicado… en el ano de mi enamorada, de Mili y su escultural cuerpo…

– Asuu… ufff… clame casi avergonzado porque no terminaba de vaciar mi leche.

Caí deshecho sobre la espalda de Mili que jadeante me soportaba, hasta que tampoco pudo y su pecho se apoyó contra el suelo… unos minutos después el ruido de unas ramas nos quitó la paz…

– Diablos… exclame.

Podía ser cualquiera… su madre sabía que estaba en el rio, si la suegra sabia… sabia el suegro…si el militar engorilado… saque mi verga como pude, y Mili a su vez giro… terminamos de alguna forma tapados pero enredados por la toalla en la arena… hasta que al fin pude ver el panorama completo y descubrir quién nos importuno…

– Palomas de mierd… suspire aliviado

– Jajaja… sonrió Mili… que no nos bombardeen nomas….

Quizás hicimos mucho ruido en nuestro ritual amatorio… tanto que asustamos o excitamos a algunas aves que salieron volando de entre las ramas… pero no había que confiarse, sus padres podrían buscarla o cualquier pareja joven como nosotros en un paseo romántico… igual el desbande de esas palomas podía indicar la presencia alguien cerca…

Nos alistamos… al menos para guardar apariencias… después de tremenda agitación y lo poco que dormí por culpa de Vane, me moría de sueño… pero también me moría de hambre, no había desayunado… el sonido en mi estómago alerto a Mili que solo había tomado un jugo por salir a trotar…

Entonces decidimos regresar al restaurante a comer algo… al menos nuestro libido estaba satisfecho… aunque no del todo…

– Te confieso algo… me dijo Mili intrigante tomando sus cosas.

– ¿Qué cosa?… pregunte desconfiado, pensando en Vane.

– Después de lo que me hiciste contra el árbol el otro día, mientras me apresaban las ramas…

– ¿Sí?… pregunte, pensando que se venían las quejas.

– Sigo pensando en eso de que me amarres como a Vane… me pedía ansiosa.

– Ahhh… ok… jajaja… dije tragando saliva mientras recordé como Vane me amarro.

Luego por un momento tuve la sensación que alguien nos observaba, intentando fallidamente quedar oculto entre los árboles y arbustos… conocía esa silueta… era femenina… pero no era una mujer cualquiera…

No era la madre de Mili, pero no… era esa arpía… era Vane que parecía haber estado fisgoneando como le rompía el culo a Mili, ahora entendía porque las aves salieron volando de esa zona… ¿Que tramaría esa loca ahora?…

Continuara…

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