Las Profesionales – La casa de las marionetas esclavas: Parte 2.

La mañana de un nuevo día filtra la luz del sol por la ventana de la elegante habitación que ocupan Melissa y Samantha Baxter en el Hotel de Montaña. El día encuentra a ambas hermanas desnudas y abrazadas en la cama con sus cabellos castaños dorados revueltos y hechas una madeja de piernas y brazos. La habitación es un desorden de ropas y maletas. Melissa es la primera en despertar y poco a poco va rememorando la noche pasada y se da cuenta que esta abrazada a su hermana mayor que duerme con cara de satisfacción total y una sonrisa de alegría. Melissa rápidamente se suelta del abrazo y se va al baño, moja su rostro tratando de despertar de la pesadilla sexual que vivió la noche anterior. Minutos después sale del baño y encuentra a Samantha recogiendo las cosas de la habitación y metiéndolas apresuradamente en las maletas, sin cruzar palabras ni miradas empiezan la tarea de salir del hotel, lo que hacen en poco tiempo y emprenden el viaje de vuelta a casa.

Como es de suponer el viaje de vuelta a casa se hace lo más largo del mundo, casi sin hablar y esperando que todo sea un mal sueño. Por lo menos el tráfico de entrada a la ciudad y el hecho de que habían salido justo al amanecer, hacen fácil y sin escalas el viaje rumbo a la mansión.

Ambas chicas agotadas por el largo viaje y por la cantidad de cosas que pasan en sus mentes, finalmente llegan a su mansión, bajando algunas de las maletas llegan a casa. Ya los últimos rayos del sol dan a todo un color naranja y las sombras de la próxima noche empiezan a aparecer cuando ambas entran a la sala de la mansión encontrándola vacía. Caminan a la cocina donde se escuchan ruidos y esperando no encontrar una escena como la de la mañana anterior ambas entran encontrándose a Rossana.

– Buenas noches señoritas, en un momento les preparare algo de cenar.

Ambas chicas observan a Rossana ocupada en los deberes de la casa y casi no pueden creer que sea la misma puta que sometiera a su madre en esa misma habitación a una humillación tan grande. Samantha es la primera en hablar.

– ¿Rossana donde esta mi madre?

– Señorita Samantha su madre salio con su padre…

– EL NO ES MI PADRE.

– Disculpe señorita Samantha, su madre salió con el Sr. Baxter en un viaje de último momento.

Ahora es Melissa la que interviene en la conversación.

– Eso no es posible pues mi madre nos lo hubiera avisado, ¿Dónde esta mi madre?

– Ya les dije que los señores salieron esta mañana en un viaje de último momento.

Samantha mirando Rossana con todo el desprecio del mundo toma el teléfono más cercano y marca rápidamente el celular de su madre el cual empieza a sonar. Activando el speaker escuchan los tres tonos de marcado y después Susan Baxter contesta.

– Hola…

– Madre soy Samantha ¿dónde estas?

– Hola Sammy como estuvo el viaje, tu padre y yo salimos de viaje.

– Mon el no es mi padre, ¿quiero saber dónde estas? Necesito conversar algo urgente contigo.

– Sammy querida ¿te pasa algo? ya te dije que estoy con Jimmy de viaje, disculpa que no te pueda atender pero me están esperando ahora. No te preocupes, en cuanto estemos de vuelta hablaremos.

Antes de que Samantha pudiera recriminarla por el “Sammy” y preguntarle por tercera vez su paradero la conversación de interrumpe. Melissa esta completamente furiosa y Rossana la observa como si no entendiera nada de lo que esta pasando.

– No sé que esta pasando aquí, pero en cuanto mi madre regrese esto se va a aclarar ¿entendiste?

– Señoritas no entiendo por que esta tan molesta con…

– No te hagas la estúpida Rossana este jueguito se va a terminar ¿Ok?

Diciendo esto ambas chicas salen de la cocina en dirección a sus respectivos cuartos, donde sin cruzar ni media palabra se encierran cada una en su habitación.

Las horas pasan y Melissa esta cada vez más ansiosa, como es posible que Rossana actuara con tal desfachatez ante ellas sin el menor remordimiento, lo peor era escuchar a su madre decirles que estaba con ese infeliz de viaje. No podía ser posible que su madre estuviera de acuerdo en todo este asunto tan asqueroso. Melissa escucha pasos en el corredor, pasos que se alejan y rato después vuelven por el pasillo, unos minutos después alguien toca la puerta de su habitación.

– Señorita Melissa le traje su cena.

– Llévatela no quiero nada ahora.

Melissa no escucha pasos, así que supone que Rossana sigue en la puerta. Tantas ideas y cosas en su mente la habían hecho olvidarse de la cena y ya estaba lista para irse a la cama. Lo piensa un momento y decide que es tiempo de tener “una de aquellas conversaciones” que sabía tener con la servidumbre. Abriendo la puerta hace pasar a Rossana que deja una bandeja en la mesita más próxima y voltea para salir pero es interceptada por Melissa quien cierra la puesta tras de si.

– Es hora de que tú y yo hablemos sobre lo que hay entre James, y… tú y lo que le han hecho ambos a mi madre.

– Disculpe señorita Melissa pero yo no puedo contestarle nada, el señor y la señora Baxter son los que pueden aclararle…

– En primer lugar yo tengo todo el derecho de preguntarte lo que me de la gana ¿entiendes empleada? En segundo lugar tú tienes el deber de contestarme pues soy tu jefa, estúpida igualada. Así que ahora mismo me vas a decir que mierda le han hecho a mi madre o te despido en este mismo instante.

– Lo siento señorita Melissa… pero ya le dije quien puede aclararle sus preguntas y solo el Sr. Baxter puede despedirme.

Estas palabras terminan de enardecer a la ya enfurecida Melissa que se le va encima a Rossana y tomándola por un brazo con su mano libre le da una sonora cachetada mientras le grita.

– ¿Quién te has creído que eres perra igualada, como te atreves a contestarme así?

Rossana sorprendida por la agresión baja la cabeza y Melissa saborea el triunfo de haber puesto en su sitio a la sirvienta de la casa. Rossana lentamente levanta el rostro y la mira sonriendo. Con un rápido movimiento se suelta de Melissa y levantando su mano le coloca dos cachetadas tan fuertes a la chica que hacen que la menor de las niñas Baxter pierda el balance y atontada termine apoyada en la pared. Rossana la agarra por un brazo y la presiona contra la pared. Mirando a su alrededor, toma una bufanda de un perchero y rápidamente amarra las mano de la sorprendida Melissa que no sale de su asombro al verse atacada por su sirvienta.

– Suuuuelta… suéltame, SUELTAMEEEE

Rossana la toma por el rostro y le dice:

– Ninguna niña riquilla hija de puta malcriada tiene derecho a golpearme ¿Entendiste?

Tomándola por el cabello que Melissa se había recogido en una coleta para dormir, la hace caminar a la cama donde la tira boca abajo y Melissa sigue gritando desesperada.

– Cierra la boca estúpida, esta noche te voy a dar una lección para que aprendas quien manda ¿Entendiste?

Diciendo esto Rossana se saca sus propias bragas de debajo de su falda de empleada domestica y haciéndolas una bola espera el siguiente grito de la desesperada Melissa para meterle a la fuerza sus bragas en la boca almorzándola y acabando con sus gritos. Atada y amordazada Rossana la toma de la cintura y forcejeando la coloca boca abajo sobre sus piernas y le baja la pijama y jalándole las bragas le deja desnudas las blancas nalgas que empieza a castigar con sonoras palmadas que van poniendo un tinte carmesí en el blanco culo de Melissa.

Rossana castiga sin compasión el redondeado trasero de la chica que solo atina a gemir con cada nueva nalgada, a medida que las nalgas se tornan más y más rojas su coño empieza a reaccionar de una manera que la misma Melissa tarda en comprender, se esta mojando, cada nalgada la hace sentirse más expuesta y más humillada y poco a poco su coño se va encharcando en sus jugos, mientras los dedos de la mano Rossana, que golpeando con la palma abierta, van dejando marcas rojas en sus nalgas.

Rossana lentamente deja de nalguearla y descubre la humedad creciente en el coño de la chica y lentamente empieza por meterle un dedo y luego dos y hacerlos entrar y salir, a lo que Melissa responde con nuevos gemidos tras la mordaza, pero a diferencia de los primeros gemidos estos son casi de placer, si no fuera por lo humillante de la situación.

“Debo ser una estúpida como me estoy mojando si esta perra me esta violando, aaaaaagggg”. Tres dedos de Rossana ahora entran sin resistencia en el encharcado coño de Melissa que sigue gimiendo y solo siente que es tirada como un saco de patatas sobre la cama y estando boca arriba Rossana se coloca sobre ella y metiéndole los dedos en el coño nuevamente hace que su cuerpo haga presión sobre ella y empieza a besar el rostro de Melissa que ya no para de gemir al sentir el bombeo de los expertos dedos de su atacante, que empieza a besarla sobre la mordaza y poco a poco va besando lentamente su cuello y se desplaza a sus senos donde tomando sus pezones que están duros como rocas los muerde primero para luego chuparlos.

Sin piedad y con casi perversa precisión se desplaza beso a beso hasta el coño de la chica que la recibe con sus piernas abiertas y sacándole los dedos empieza a usar su lengua en el sensible y húmedo coño haciendo que la atada e indefensa chica llegue a un orgasmo tan fuerte que la deja prácticamente inconsciente.

Después de lo que parecen horas una aturdida Melissa se va reponiendo de todo aquello y se encuentra sin ataduras y sin mordaza acostada en su cama, sola en su habitación. Casi no puede creer todo lo que paso y se siente humillada y estúpida por haberse dejado hacer de su empleada, pero lo más horrible del caso es que en otras circunstancias lo hubiera disfrutado. “¿En verdad lo disfrute? Debo estar perdiendo la razón, no puedo creer que me corriera de esa manera”. Melissa intenta levantarse pero no tiene fuerzas suficientes para lograrlo y se va quedando dormida lentamente mientras su coño se va humedeciendo otra vez.

La mañana sorprende a la atontada Melissa que luego de arreglarse un poco baja a la cocina donde escucha voces al ir aproximándose, al entrar descubre a Samantha sentada a la mesa terminando su desayuno mientras Rossana limpia trastos. Todas se mantienen en silencio. Finalmente Samantha se levanta sin mirar o saludar a su hermana y sube a su cuarto, Melissa sentada a la mesa y a diferencia de sentirse indignada por la situación de la noche anterior, no puede dejar de imaginar a Rossana desnuda. Es tan humillante estar allí sentada mirando a la empleada de espaldas y solo imaginar lo excitante que seria comerle el culo y el coño, para ella más denigrante que imaginar hacérselo, es hacerlo con la empleada.

Melissa esta tan nerviosa mirando el culo de su empleada y su desayuno sigue allí a medio comer, un segundo después Rossana voltea y le dice:

– ¿Ya terminaste tu desayuno o ves algo más que se te antoje comer?

Melissa casi puede sentir como toda su sangre se le agolpa en el rostro y a medida que su rostro se torna carmesí su coño se va humedeciendo al punto de mojar las nuevas bragas que esa mañana se había puesto. No puede terminar el desayuno y bajando la mirada se levanta y sale de la cocina y casi corriendo sube a su cuarto para encerrarse en el todo el día. Intenta distraerse mirando la TV o leyendo algo en la red pero por más que lo intenta, termina imaginándose cogiendo con Rossana y masturbándose como si fuera una puta caliente. Las horas van pasando y ella no para de masturbarse, intenta dormir pero es imposible.

La tarde va cayendo y ella esta exhausta y saliendo de la ducha, en su quinto baño de agua fría del día, casi esta por llegar a su cama cuando escucha pasos en el pasillo y alguien llama a la puerta. Su corazón empieza a latir a mil por hora y casi en cámara lenta se ve a ella avanzando hacia la puerta.

– ¿Qui.. quien, quién es?

Tres toques más en la puerta son la respuesta, su corazón se detiene cuando observa su mano girar la manija de la puerta.

Rossana entra a la habitación cargando una charola de plata y la cena servida en la vajilla de porcelana, camina sin decir nada y coloca la bandeja en una mesa cercana a la ventana mientras sumisamente Melissa la observa casi temblando de excitación.

Rossana voltea y Melissa no se atreve ni a mirarla a los ojos, sigue de pie, allí a unos pasos de la puerta con sus cabellos castaños húmedos y su cuerpo envuelto en una bata blanca que atada a su cintura, marca perfectamente el contorno de ese cuerpo delicioso que Rossana hizo suyo. Rossana camina hasta ella y tomando con una mano el nudo de la bata y con la otra usando su dedo índice marca el contorno del escote, desde su abdomen subiendo hasta sus senos y se detiene casi al llegar al cuello de la bata, le dice:

– ¿Hoy quieres discutir algo conmigo?

Melissa temblando de pies a cabeza intenta articular palabra pero solo deja escapar una leve y casi inaudible respuesta, mientras su cabecita se mueve de forma negativa.

– noo…

– Bien, entonces come tu cena y vete a la cama.

Diciendo esto Rossana sale del cuarto cerrando la puesta mientras la humillada Melissa siente como su cuerpo esta ardiendo y en sus muslos corre la humedad proveniente de su coño que solo con la entrada de la empleada al cuarto se puso a soltar babas como si fuera una fuente, sentándose a la mesa termina los alimentos que le han traído a la habitación y unos minutos después se mete a la cama y se va quedando dormida.

La mañana la encuentra desnuda en su cama y Melissa aun sin comprenderlo esta aun mas hambrienta de comerse el coño y el culo de su empleada, es una locura pero es real. La atontada chica se va al baño y lava su rostro y se asea para comenzar el día. Al salir del baño toma una bata de seda casi transparente y mientras se la pone sobre su cuerpo desnudo, asomándose por la ventana descubre el sol en lo alto, lo que le indica que es bastante tarde. Al prestar más atención mirando por la ventana de su cuarto, que da al jardín trasero de la casa, descubre a Samantha tomando el sol en la piscina, sus ojos permanecen cubiertos por un par de lentes de sol mientras sus oídos tienen puestos los audífonos de su Ipod que descansa junto a ella en la mesita cercana, al lado de un gran vaso de jugo de naranja que le refresca en esa soleada mañana.

Samantha aparece acostada boca arriba luciendo ese hermoso par de senos que un pequeñísimo traje de baño de dos piezas intenta cubrir sin éxito, su piel blanca ya luce levemente bronceada por el sol y parece brillar debido a las millones de perlitas de sudor que cubren su piel, su depilado coño esta ligeramente cubierto tanto por la parte inferior del bañador y por una de sus manos que descansa distraídamente sobre el, sus torneadas piernas terminan el conjunto, presentando su pierna izquierda flexionada y la derecha estirada.

Melissa sigue en la ventana mirando con deseo creciente el cuerpo exquisito de su hermana mayor. Casi no puede creer que solo un par de noches atrás ese cuerpo había estado completamente a merced de sus más morbosos deseos, haciendo de Samantha una cuerda de violín que vibraba de deseo a cada toque magistral que Melissa le diera. Ahora no puede creer las ganas de bajar y comérsela en la piscina, se ruboriza al recordar que esa es su hermana mayor pero vaya que su hermana es buena comiendo coños.

Sigue mirando por la ventana y Samantha se acuesta boca abajo dejando ver su espalda y su carnoso y redondo trasero. Melissa empieza a tocarse y ya no puede quitarle los ojos de encima a Samantha y sus nalgas deliciosas. Lentamente todo a su alrededor deja de importar y solo mirar a Samantha es importante. Desearla, tenerla allí en esa misma piscina, colocada a cuatro patas mientras Melissa sentada la observa usar su lengua en su coño y hacer que llegue al orgasmo. Sus pensamientos vuelan y es cuando siente que la agarran por los brazos proyectándola con fuerza contra la pared y Rossana sin darle oportunidad a reaccionar la besa metiendo su lengua en la boca abierta de asombro de Melissa. Melissa después de la primera impresión se deja hacer y Rossana la pone contra la ventana mientras le besa el cuello, le acaricia los senos y deslizando su otra mano al coño, sin necesitad de someter por la fuerza a la atontada Melissa. Rossana le aprieta un seno mientras la coloca justo frente a la ventada donde ambas pueden observar a Samantha que descaradamente en la piscina abre las piernas y empieza a masturbarse.

Melissa no aguantara mucho mientras el ataque sexual de Rossana continua con caricias y besos mientras le habla al oído.

– Que coño tan delicioso tienes Mely, me encanta lo excitada que estas, estas babeando tanto, mira como dejas mis dedos pegajosos. Sammy esta tan excitada como lo estas tú. Ves como bombea su coño mientras yo bombeo el tuyo, seria delicioso que se corrieran ambas a la vez. Mira como se levanta sin sacarse los dedos… Ummmm se esta quitando el bikini… mira como suben y bajan esos senos, se esta apretando los pezones como si lo necesitara para tenerlos más duros.

elissa ya no puede seguir el hilo de lo que le dicen pues no deja de observar como su hermana se masturba como una perra en celo en medio de la piscina.

– Mira que sucia es tu hermana ¿debe ser una tremenda puta en la cama no crees? ¿Te encantaría comerle el coño a esa perra? No. No creo que quieras comerle el coño a esa puta, tú quieres comerle en coño a una verdadera hembra. Una hembra que con solo proponérselo te puede poner a cuatro patas a comerle el coño como tú quieres comerlo.

En la mente de Melissa un destello de cordura la intenta devolverla a la realidad en medio de un orgasmo inminente al ver a su hermana caliente y ser ella el juguete sexual de su empleada.

– No, noooo… yo no como coños…

Rossana sonríe al escucharla intentar replicar y le dice al oído.

– ¿No comes coño? ¿Eres demasiado fina para comer el coño de una verdadera hembra, no puedes estar como una puta viciosa comiendo coños?

– no nooo yo no…

– Sí, claro que lo haces Mely, eres una puta justo como tu hermana…

Melissa no logra entender por que su mente no deja de aceptar las palabras de su empleada y sin darse cuenta hacia menos de un minuto su mano derecha había sido guiada a su entrepierna por la mano de Rossana y ahora se masturbaba a ella misma mientras Rossana lo hacia por igual, el ambiente se va llenando del olor a hembra en celo y Melissa no puede ordenar sus ideas.

– Te demostrare lo puta come coños que eres Mely.

Sacando dos dedos de su propio sexo Rossana los lleva llenos de sus jugos hasta la boca de Melissa y dándoselos a probar la indefensa chica los empieza a lamer con desesperación, con solo el aroma y el sabor de los jugos de Rossana hacen que comience a venirse como una completa puta. Orgasmo tras orgasmo acaban con la conciencia de Melisa que casi pierde el sentido.

Minutos después Rossana pasa sus dedos bajo la nariz de la aturdida Melissa que empieza a reaccionar.

– Ves que sí eres una gran puta. ¿Quieres comerme el coño no es así?

– siiiiiii…

Rossana sostiene con un brazo a la semidesnuda y aturdida chica mientras con la otra mano acaricia su rostro y besa su cuello. Melissa siente el calor del cuerpo de Rossana con sus grandes senos a su espalda.

– Dilo.

– Quiero… quiero comerme tu coño.

La lengua de Rossana recorre desde la base del cuello hasta el oído de Melissa donde le dice:

– En ese caso gánatelo…

Diciendo esto la empuja hacia la cama, y la desconcertada chica la observa alejarse hacia la puerta. Una desesperación se apodera de ella y antes de que Rossana salga le dice casi entre sollozos.

– No sé como ganármelo, por favor no me dejes así…

– Se me ocurre una forma… tráeme a tu hermana tan puta y controlada como tu lo estas.

– Por favor, no puedo hacer eso…

– Claro que sí puedes, si no lo haces no volverás a correrte y tú para vivir necesitas correrte tanto como respirar, ahora tráeme a la otra puta.

Sin más Rossana sale de la habitación dejando a Melissa que, desde la cama como una muñeca de trapo, se ha ido escurriendo hasta quedar sentada en el suelo de la habitación humillada, indefensa y tratada como una puta por su empleada. La bata de seda esta abierta revelando sus redondos senos y sus durísimos pezones, sus cabellos castaños claros caen en bucles desordenados que algunos rizos cubren parte de su busto delicioso. Con su cabeza inclinada hacia el suelo se observa sentada en el suelo con sus piernas desnudas abiertas y sus manos que descansan en sus piernas con las palmas hacia arriba, el coño le palpita y sigue encharcado de sus jugos. Vista desde cierta distancia cualquiera diría que es una muñeca mecánica de carita de porcelana que se le ha acabado la cuerda o simplemente una marioneta a la que le han cortado los hilos. Lo peor de todo era el nivel de excitación que alcanzaba con cada humillación, y las ganas enfermizas de comerle el coño a Rossana y poder venirse como una puta.

El día avanza sin incidentes Rossana continua en los trabajos de la casa y ambas hermanas siguen encerradas en sus cuartos. Por su parte Melissa pasa todo el día masturbándose sin poder llegar a su anhelado orgasmo, ¿cómo era posible no poder llegar si hacia solo unas horas se había venido tantas veces que había perdido la cuenta? Hora tras hora su frustración se hace más y más grande sin poder correrse, usa todo cuanto tiene a mano.

– Esto no puede ser ¿como es posible estar tan caliente por la perra de mierda? Debo estar enferma, solo puedo pensar en el coño de esa estúpida, y tuvo el descaro de pedirme que le entregue a Samantha… ufff necesito correrme, ya casi, yaaaa casiiii, no, no noooooooo, MALDICIÓN… no puedo… no puede ser tan complicado, solo tengo que calentar lo suficiente a Sammy y ella haría cualquier cosa por más sexo… ¿pero se dejaría coger de la empleada?

Solo tiene que levantarse para llegar a la puerta, caminar el corto trecho al cuarto de Samantha, Samantha como siempre en su computadora teniendo una sesión de cibersexo con alguno de sus amigos, la muy puta mirando con cara de zorra la webcam mientras se aprieta las tetas, se mete los dedos en el coño, su lengua moja sus labios y se mueve como una serpiente saliendo de su boca apetitosa.

Al cerrar los ojos y meterse los dedos en el coño no puede ver detrás de ella a Melissa, que solo tiene que tomarla por los brazos y empezar a besarle los hombros, luego el cuello, mientras sus manos capturan sus senos y luego se deslizan por su abdomen hasta llegar a su coño, y cuando finalmente la bese y meta su lengua en su boca, se sentara después en sus piernas y la hará mamarle los senos mientras Melissa le dice lo rico que lo chupa, solo necesita tomarla por la barbilla para mirarla a la cara y ver sus ojos de lujuria para después besarla mientras se pone de pie y sin soltar el beso con una poca de presión en los hombros de Sammy, hacerla arrodillarse y ponerla a comerle el coño… en ese momento recuerda la webcam y saber que esta siendo vista seduciendo a su hermana mayor la vuelven a la realidad…

Melissa esta de pie apoyada en la puerta de su habitación con una mano en la manija de la puerta y en la otra sostiene un vibrador cubierto por sus jugos vaginales, todo había sido un sueño o una pesadilla. Esta en la puerta a punto de salir y seducir a su hermana y entregársela a Rossana, siente como cada músculo de su cuerpo le pide a gritos abrir esa puerta y seducir a Samantha para poder comerle el coño a Rossana y finalmente correrse a gusto.

Angustiada quita su mano de la manija de la puerta y para despertarse la pasa por su rostro, el rastro de fluidos de Rossana que quedo en la manija de la puerta al salir llega a su nariz y casi como si su cuerpo y mente se desconectaran de ella, simplemente se ve avanzar por el pasillo, en piloto automático llega hasta la puerta del cuarto de Samantha abre la puerta y entrando al cuarto la encuentra justo donde la imagino. Sentada frente a la computadora. Melissa se coloca detrás de ella y un video en la pantalla de la computadora capta toda su atención, dos chicas vestidas con trajes de goma y mascara de latex esta atadas a un artefacto donde sus tobillos, rodillas y muñecas están sujetos al aparato que al parecer puede ajustar sus posición facilitando el acceso a sus coños y a sus culos o a sus senos, áreas que el traje de latex deja al descubierto. Un hombre fuera de cámara toma a una de las chica por la cola de caballo que sale de la mascara que cubre su cabeza y empieza a usar la boca de la chica como una vagina mientras otra mujer se coloca detrás de la segunda chica atada y empieza a comerle el coño.

Melissa de pie y Samantha sentada observan atónitas como el hombre y la mujer usan los cuerpos de ambas chicas como si de unas marionetas se trataran pues activando ciertos dispositivos los cuerpos de las chicas son movido adelante o atrás, puesto de pie o colocados en diversas posturas que facilitan al hombre y mujer llegar a los orificios de las chicas que son llenados con lenguas, vergas o vibradores. Las dóciles marionetas solo atinan a gemir al ser acariciadas o penetradas por sus agujeros en aquel bizarro espectáculo de títeres sexuales, ambas a merced de sus amos titiriteros.

Ambas hermanas sienten como sus coños empiezan a hormiguear y sus cuerpos se erizan al ver como ese hombre y esa mujer hacen que ambas chicas lleguen al orgasmo una y otra y otra vez, ya para entonces Samantha y Melissa se masturban descaradamente y poco a poco Samantha que va abriendo sus piernas hace contacto con Melissa. Es cuando ya no pueden contener sus ganas de besarse y masturbarse una a la otra, con maestría calculada Melissa coloca sus manos en los hombros de su hermana mientras se besan y poco a poco va aplicando fuerza suficiente hasta hacerla arrodillarse frente a sus piernas abiertas y Samantha después de acariciar y besar su cuerpo siguiendo el camino al sur termina enterrando su lengua en el encharcado coño de Melissa. Luego de varios minutos Samantha no ha podido hacer que Melissa se corra y Melissa esta frustrada con tantos intentos, una y otra vez la lengua de Samantha entra y sale de entre las piernas de su hermana menor y sus labios atrapan su clítoris que hace que el grito casi animal de excitación escape de la garganta de Melissa, pero no logra hacerla llegar al orgasmo.

Finalmente Melissa toma por el rostro a Samantha y mirándola a los ojos le observa la cara húmeda de fluidos vaginales mientras le dice:

– ¿Que harías por mi putita?

Samantha lamiendo sus labios saboreando los jugos de su hermana contesta sin retraso.

– Lo que tú quieras…

Tomándola por la cintura la levanta del suelo donde estaba arrodillada y la hace caminar al cuarto de Rossana, Melissa abre la puerta del cuarto y ambas son invadidas por el aroma a sexo que satura el lugar proveniente del coño de Rossana, el aroma entra en sus pulmones y su cerebro se va desconectando de la realidad. Ambas chicas están de pie mirando a Rossana acostada en la cama vestida con un finísimo juego de lencería de encaje negro que contrasta con su piel clara, ella sigue masturbándose con un gran vibrador con sus piernas separadas y cubiertas por las medias de seda y sostenidas por ligueros, Rossana sonríe al verlas allí a las dos como dos indefensos ratoncitos hipnotizados por las serpiente que esta por devorarles, se saca el vibrador y las chicas la ven caminar hacia ellas como si flotara en una nube, se para frente a ellas y sonriéndole a Samantha le dice:

– Has sido una muy buena chica, lo has hecho muy bien Sammy.

Sin dejar de mirarle los senos a Rossana, los cuales están casi por desbordarse del ajustado sostén de encaje, Samantha contesta.

– Gracias señora…

El aturdido cerebro de Melissa se esfuerza por entender la situación, nada de esto tiene sentido: “¿Por que le agradece a Sammy, sí yo fui quien cumplió lo que me pidió, yo traje a Samantha hasta aquí? Debe haber algún error…” mientras Melissa intenta razonar esto, las observa y Rossana soltando su sostén deja libres ese hermoso par de senos con aureolas coronadas con unos duros pezones que Samantha no puede dejar de mirar. Rossana tomando por la barbilla a Samantha, la atrae hacia ella y le besa apasionadamente y luego lentamente soltando el beso hace que la cara de Samantha descanse en sus senos y Samantha como una mirada de estúpida solo atina a besar los pechos y sacar su lengua para lamerlos.

– ¿Qué mierda esta pasando aquí yo…

La idea que Melissa lograba ordenar queda incompleta y su cerebro simplemente se apaga cuando aun acariciando el cabello de Samantha que sigue besando y lamiéndole los senos, Rossana extiende su mano que sostiene el vibrador de goma inundado de sus jugos hasta ponerlo frente a la cara de Melissa y Melissa instintivamente abre la boca y engulle el vibrador y su exquisito sabor termina por doblegarla, lame todos esos jugos y mientras sus manos reemplazan la mano de Rossana y sostienen el vibrador que lame y limpia con devoción, va cayendo de rodillas justo frente a Rossana y Samantha.

– ¿Ahora entiendes que tan excitante puede ser la vida Sammy?

Rossana sigue hablando con Samantha que sigue besando y lamiéndole los senos, pero nada de lo que dice tiene la menor importancia para Melissa que luego de limpiar todos los jugos del vibrador, Rossana coloca una mano detrás de la nuca y guía la cara de Melissa hasta enterrarla en su coño. Ella sigue de rodillas con su cara en el coño de Rossana y oleada tras oleada de placer barren el cuerpo en una constante que no termina de llevarla al orgasmo pero le erizan de pies a cabeza, no hace otra cosa que aspirar el aroma de ese coño que finalmente la desconecta del mundo real.

Melissa no se da cuenta de nada de lo que pasa y solo siente el deseo incontenible de seguir comiéndole el coño a Rossana, que en ese momento le coloca un collar de cuero con una argolla y sujeta el extremo de una cadena al cuello de Samantha, mientras la besa en la frente y le acaricia los senos, Samantha baja sus manos recogiéndole el cabello castaño rizado a Melissa y jalándola hacia arriba por el cabello la separa de ese coño, Rossana le coloca otro collar y cadena en su cuello a la indefensa chica lo que le provoca en Melissa un orgasmo infinito.

Fin de la Segunda Parte.

Nota del Autor: Como siempre agradezco infinitamente los comentarios o e-mails que me hacen llegar a mi correo blackfires@hotmail.com o dejan directamente aquí en todorelatos.com. Cada una de sus palabras son bien recibidas y en caso de ser posible contestadas y sus ideas usadas en los relatos.

“Casa de Marionitas 1 y 2” han sido creados intentando complacer a la gran cantidad de lectores que habían solicitado continuara las aventuras de la familia Baxter, sobre todo saber de Sammy, Mely y Sussy Pussy. Este capítulo de la serie es el último publicado fuera de la categoría Control Mental, así que en las próximas entregas “Las Profesionales” volverán a su categoría original.

PARA CONTACTAR CON EL AUTOR:
blackfires@hotmail.com

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