en el capítulo anterior Cleopatra me invita a su palacio así que accedí a ver con mis ojos a la mujer más hermosa de Egipto y de la tierra según dicen. así que con mis esclavas que había comprado en el mercado mi fiel administrador y unos cuantos más esclavos me llevaron ante la reina Cleopatra en mi carroza.
antes la compre un regalo digno de una reina, un diamante que muchos quieran para él. iba colgado en su cuello así que me presentaron a la reina de Egipto me incliné ante ella y le dije:7
– vuestra belleza es comparable como el hermoso sol que nos ilumina mi reina.
ella sonrió y me dijo:
– levántate me han hablado mucho de ti y de tus conocimientos.
-antes permitirme un regalo mi reina- hice zonar las palmas y aparecieron mis esclavas con un cofre de oro de rodillas ante ella:
– mi amo, mi reina, os ruega que a aceptéis su regalo.
abrió el cofre y saco el espléndido collar de oro con un dimánate.
– os ruego mi reina que me permitáis poneros el collar.
ella agradeció el regalo y se dejó poner el collar por mí.
– sois muy generoso ripeas. ¿es así como os llamáis?
– si mi reina.
– de donde venís?
– de Grecia mi reina- conteste yo.
– me han hablado de vuestros conocimientos en la medicina y en otras cosas quiero que seáis mi consejero. sé que no necesitáis dinero ya que oís muy rico, pero me gustaría que aceptarais ser mi consejero.
– será un placer mi reina.
– yo sabré recompensaros -dijo ella.
antes he de decir que era bellísima un cuerpo perfecto y una cara hermosísima un pelo moreno al estilo egipcio, unos ojos negros que te traspasaban con la mirada. No me extraña que julio cesar se volviera loco por ella, pero sigamos… entre a formar parte de su consejero se dejaba a asesorar por mí.
su hermano la tenía un odio que la hubiese matado, yo se lo dije pues sabia la historia como sabe el lector.
ella me dijo:
– es mi hermano incluso nos hemos costado juntos, pero no quiere gobernar junto conmigo. quiere todo para él y el ejercito la apoya. que podría hacer yo sabía que los egipcios hacían incesto.
– tengo la solución mi reina-la dije.
– dime te daré lo que pidas.
– mi reina no quiero dinero quiero a vos en el lecho.
– cómo te atreves. te podía hacer que te cortaran la cabeza por pedirme eso.
– lo se mi reina, pero merece la pena morir por vos.
– habla cumpliré con mi parte.
– dentro de unos días vendrá un romano muy importante. él es el emperador de roma el mismo julio cesar.
– estáis seguro.
– si mi reina. veo el futuro -dije yo.
– hablar entonces.
– él se enamorará de vuestra belleza y tendrá un hijo con vos y seréis la única reina de Egipto.
-si se cumple esto me tendrás en el lecho y seré tuya, pero si no te mandare cortar la cabeza y tirarla al Nilo.
– se cumplirá mi reina.
– porque tengo que haceros caso podría mataros.
– si pudierais, pero perderíais un hombre que os ama y os resultara muy útil.
– esta noche me tendrá en tu lecho. no olvidaras esa noche.
– tampoco vos mi reina.
así que me apresure a ponerme cómodo en el lecho. ya era muy tarde cuando vino una esclava hermosísima y me dijo:
-mi señora me manda como regalo.
yo maldije pensé que ella no cumpliría la promesa.
– ahora vine la otra parte del regalo -me dijo así que espere no tenía más remedio cuando apareció una mujer tapada con una túnica por una puerta secreta era Cleopatra.
– yo siempre cumplo mis promesas -dijo ella.
la esclava se desnudó al igual que Cleopatra nunca había visto tanta belleza junta tenía que hacer un esfuerzo para no correrme. la dos eran bellísimas. yo me desnude y mi verga estuvo a tope.
– esta noche nunca la olvidaras.
– y mi reina tampoco. ya lo vera.
entre las dos empezaron a comerme la poya una los huevos y la otra el tronco estaba en la gloria pensaba que me iban hacer correr en su momento y ya estaba que equivocadas estaban era verdad que había echo un esfuerzo para no correrme, pero ya era dueño de la situación le empecé a chupar el chocho a Cleopatra y la dije:
– te gusta puta.
– como te atreves a llamarme zorra.
– porque te gusta. come -el dije yo cogiéndola de la cabeza.
a lo primero se resistió, pero después ya no paro de mamar.
– y tu esclava puta, ábrete el chocho que te voy a follar.
ella nunca la habían tratado si ni a Cleopatra tampoco. estaban locas de lujuria.
– maldito no sé qué me has hecho, pero me gusta me vuelves loca. todos mis amantes me han tratado con respecto por ser la reina.
– eso es el error que han cometido. a ti te gusta que te traten como una zorra, aunque no lo admites, te gusta que un hombre te domine y te folle.
– sisisi.
– toma poya zorra -mientras se la sacaba a la esclava y se la metía a Cleopatra en el chocho.
-ahaja maldito que gusto. estoy con Osiris. que placer no pares. si tienes razón soy una puta, pero de esto ni una palabra o te mato y tu esclava cómeme el culo.
– vamos zorra.
la esclava estaba también en su momento de lujuria que alucinaba:
– si si hijo de puta fóllanos a las dos, a mi señora y a mí- dijo
– que placer y ahora os voy a romper el culo a las dos.
– estás loco si crees que te vamos a dejar.
– si no saldré, aunque me cueste la cabeza diciéndome que estoy con Cleopatra en el lecho- así que las dos claudicaron y se dejaron dar por el culo, aunque luego les encanto las prepare bien el ojete con crema que tienen la egipcia para arreglase y aceite de esencias y luego les net poco a poco los dedos primero a la esclava empezó a cogerle el gusto cuando ya lo tenía bien lubricado se lo metí hasta los huevos mientras Cleopatra estaba excitada.
– dala bien a esta zorra esclava -dijo la reina.
la esclava se volvió loca.
– que gusto. mi ama. esto es divino. rómpeme más el culo quiero toda tu verga dentro -dijo la zorra.
Cleopatra dijo:
– yo también quiero probar si es tan bueno como dicen, aunque los egipcios follaban mucho por el culo, Cleopatra nunca se atrevió a que nadie se la metiera por ahí y la hiciera daño y le cortara la cabeza.
así que se lo preparé y cuando se la empecé a meter se lo dije a su esclava:
– chúpala el chocho para que no siente dolor venga hazlo.
ella empezó a comerle a su ama el chocho mientras yo la daba por el culo a mas no poder
-sisisi maldito soy tu esclava – dijo Cleopatra- follame no pares de romperme el culo soy tu puta esclava- y se corrió a mas no poder.
yo no podía más follaros. una a la otra se besaron y restregaron sus chochos así que dije:
– poner vuestras bocas que quiero que os bebáis mi leche- y me corrí.
ellas se pasaron la leche de una boca a la otra besándose y relamiéndose luego nos quedamos dormido los tres completamente desnudos y satisfechos de tanto follar. cuando me desperté había una nota diciéndome:
– he cumplido con mi promesa soy yo quien te tiene que dar las gracias por hacerme pasar una noche, así como pocas espero poder repetir.
apresure a vestirme cuando sonaron las trompetas se acercaba unos barcos romanos y un ejército con el emperador julio cesar CONTINUARA

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