
Ágata oteó el largo pasillo de la academia, pero no le vio. Hacía ya dos días desde que se habían declarado mutuamente y no le había visto desde entonces. Ansiaba su compañía; la necesitaba, sobre todo para reafirmar su compromiso, para escucharle decir de nuevo que la quería. Ni siquiera había dormido bien desde entonces […]