
Imaginaros que sois un niño y que después de dejaros probar un caramelo, os lo quitan. Así me sentí con Zulia. Habiendo pasado una noche de pasión con ella y con Olvido, al día siguiente y siguiendo las normas de su pueblo, desapareció de mi vida durante un mes. Aún recuerdo su brillante actuación durante la cita con el gobernador de Chiapas. Si bien todos sabíamos que ese político había accedido a dotar de autonomía al pueblo lacandón gracias por una parte al chantaje y por otra gracias a la mordida, también era evidente que ella debía llevarse todo el […]